domingo, 11 de marzo de 2012

Fukushima un año después, ¿en qué se parece a Chernóbil?

¡El nuevo Chernóbil! ¡El Chernóbil japonés! ¡Chernóbil 25 años después! La comparación estaba ahí, hace un año, esperando, disponible para cualquiera que hablara, escribiera o informara de Fukushima.

Cuando el terremoto del 11 de marzo de 2011 le dio a Japón su primer golpe, seguido luego por otro en forma de tsunami, más de 16.000 personas murieron en las prefecturas de Fukushima, Miyagi e Iwate, 6.000 fueron heridas y unas 3.200 desaparecieron. Pero la catástrofe aún no estaba satisfecha; faltaba la crisis en una central nuclear cuyos sistemas fueron dañados durante ese 11 de marzo.

Desde el 26 de abril de 1986, cuando una prueba rutinaria en el suministro eléctrico culminó con una serie de explosiones del reactor número cuatro de la planta nuclear ucraniana, toda mala noticia vinculada a la energía atómica invocaba el fantasma de Chernóbil.

Pero Fukushima no era un accidente más, era un accidente nivel 7, el mayor nivel en la escala, escala que solo había sido trepada hasta los más alto por la tragedia de Ucrania. El paralelismo estaba servido, pero las diferencias también.

"Las coincidencias terminan en el hecho de que son dos accidentes en centrales nucleares que tuvieron un impacto en el exterior, por lo que obligaron a activar dispositivos de protección para proteger a los ciudadanos", le dice a BBC Mundo Juan Carlos Lentijo, director técnico de Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear español (CSN).

Lentijo, quien visitó Fukushima como líder de la misión del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) a cargo de supervisar las labores de limpieza y rehabilitación, cree que son más las diferencias que las similitudes, comenzando por el origen de ambos accidentes y sus consecuencias.

"En Chernóbil hubo una explosión, o lo que nosotros llamamos una 'excursión de potencia', liberación de energía espontánea que terminó expulsando todo el cóctel de materiales que hay dentro del reactor. En Fukushima, por otra parte, colapsaron los sistemas de refrigeración pero fue una degradación que tomó horas, días. No se producen explosiones nucleares, son liberados materiales volátiles pero no todo lo que contenía el reactor".


¿Cómo se ven los accidentes?


• Así es la vida de Ayaka, una niña de Fukushima 1

Para el jefe científico de Greenpeace en Reino Unido, las coincidencias son más de una.

"Las dos regiones todavía tienen una zona de evacuación, ambas poblaciones locales posiblemente tengan que vivir en otra parte por mucho tiempo, los dos accidentes dejaron un legado de desconfianza en las autoridades y causaron una revisión global de las actitudes hacia la energía nuclear", le dijo a BBC Mundo el doctor Doug Parr.

Pero el doctor Parr también encuentra una característica no compartida por Chernóbil y Fukushima: "Ambos accidentes mostraron que la regulación y administración de la energía nuclear son problemáticas, pero creo que la diferencia estaría en la habilidad de los países para lidiar con grandes movimientos de población".

El número de evacuados en Japón no ha sido determinado con exactitud pero se cuentan en decenas de miles. En 1986, en Ucrania, unas 115.000 personas fueron evacuadas de las zonas aledañas al reactor y, después de 1986, unas 220.000 personas de Ucrania, Bielorrusia y la Federación Rusa fueron reubicadas.

Mientras la zona de evacuación alrededor de Chernóbil fue de 30 kilómetros, la de la planta de Fukushima Daiichi fue de 20 kms. En Japón se estableció una zona de evacuación voluntaria entre los 20 y los 30 km., pero cinco comunidades más allá de la zona de evacuación obligatoria igual tuvieron que dejar sus hogares.

El jefe científico de Greenpeace cree que otra diferencia puede encontrarse en cómo la gente percibe ambos accidentes.

"En el caso de Chernóbil, se puede pensar en un accidente aleatorio, causado por un equipo mal mantenido en una Unión Soviética que se desintegraba. No se puede aplicar la misma percepción a Fukushima, que tuvo lugar en una democracia moderna, desarrollada y tecnológicamente avanzada"

"Pero a pesar de todo esto", continúa Parr, "se falló en evaluar correctamente las advertencias sobre los peligros de terremotos y tsunamis. Esto cuestiona de forma más profunda la seguridad nuclear y demuestra el alto costo que un accidente de esta naturaleza inflige al país afectado".

Consultados por BBC Mundo, expertos del OIEA respondieron que "debido a la complejidad del tema, todavía es muy temprano para trazar una comparación definitiva" entre ambos accidentes, pero señalaron que en términos de radioactividad, Chernóbil emanó 6.618.000 terabecquerels (la cantidad de radioactividad se expresa en becquerels, que corresponden a una transformación nuclear por segundo), mientras que la planta japonesa emitió 370.000.

Como suele ocurrir con las cifras, más cuando son tan desparejas, más aún cuando la unidad de medida es tan desconocida para un público en general, lo importante es preguntarse qué significan estos números.


• Fukushima: qué hacer con 25 millones de toneladas de escombros 2


Lecciones del pasado

El accidente de Chernóbil involucró a un solo reactor de los cuatro con los que contaba la planta; Fukushima debió lidiar con problemas en tres de los seis que tenía, más los inconvenientes en las piscinas de combustible nuclear, pero en plena crisis doce meses atrás, las autoridades japonesas dejaron claro que a diferencia de lo ocurrido en Ucrania, todas las vasijas de sus reactores, encargadas de contener las barras de combustible nuclear, habían permanecido intactas.

"En Chernóbil, la explosión liberó isótopos de vida media o corta, es decir, que tardan entre pocos minutos y 30 años en desintegrarse, junto con isótopos de vida larga, plutonios y uranios que necesitan miles de años para hacerlo", explica el director técnico de Protección Radiológica del CSN.

Aquí estaría una de las principales diferencias entre un accidente y otro, sin olvidar la extensión del área afectada: 60 kilómetros en el caso japonés, 500 kilómetros en el caso ucraniano (aunque plantas y animales fueron incluso afectados en distancias más lejanas).

Según un informe de las Naciones Unidas, el accidente en Ucrania dejó 64 muertos hasta el último registro en 2008, aunque las discusiones continúan sobre cuántos más van a o morir por haber sido afectados 25 años atrás. Fukushima, por su parte, no ha registrado ningún muerto por exposición o contaminación radioactiva.

Para Juan Carlos Lentijo, el primer accidente nuclear grado 7 permitió al mundo conocer más sobre cómo enfrentarse con esta clase de crisis: "se aprendieron cosas para la gestión de emergencia. Las autoridades japonesas pudieron tomar medidas tempranas, incluso mientras lidiaban con las consecuencias de un terremoto y un tsunami".

"También se obtuvo experiencia sobre cómo manejarse dentro del emplazamiento cuando ocurre el accidente", agrega Lentijo. "En Chernóbil hubo 28 personas afectadas por síndrome de radiación aguda en la planta, que murieron en pocos días. En Japón no hubo los mismos niveles de exposición radioactiva, pero igual hay que destacar que nadie murió por radiación aguda".

Lentijo agrega que el mundo también aprendió otras lecciones: a cómo enfrentarse a terrenos contaminados a gran escala, cómo comportarse con respecto a la información que se da a la sociedad y cómo atender a las víctimas.

Para Doug Parr, de Greenpeace, una de las lecciones aprendidas en el tratamiento de las víctimas fue el reconocimiento de que ciertos problemas de salud son provocados por el estrés que implica la evacuación masiva.

Según las últimas declaraciones del director general del OIEA, Yukiya Amano, lo que importa a partir de ahora es aprender también de lo ocurrido en Japón.

"Fukushima Daiichi fue un accidente muy serio, pero sabemos qué salió mal y tenemos un claro curso de acción para enfrentar esas causas, no solo en Japón sino en todo el mundo".

"Pero ahora tenemos que seguir alerta. La autocomplacencia puede matar", agregó.





Fuente: BBC Mundo
Autor: Matías Zibell / BBC Mundo

Fotografía:
Este combo muestra parte de una foto de Yuko Sugimoto envuelto con una manta de pie delante de los escombros en busca de su hijo en la ciudad azotada por el tsunami de Ishinomaki en la prefectura de Miyagi el 13 de marzo de 2011. Y la otra mitad, ella misma parada (con su hijo de cinco años hijo de Raito) en el mismo lugar el 27 de enero 2012. Vea estas fotos completas y otra serie de fotografías en "See how Japan has rebuilt in the 11 months since the earthquake and tsunami", NationalPost.com / Montaje Ojo Adventista

Referencias:1.Así es la vida de Ayaka, una niña de Fukushima. Ayaka y su familia se vieron obligados abandonar su casa cuando fue destruida por el terremoto y el posterior tsunami que devastaron partes de Japón a principios de 2011 y dejaron unos 16.000 muertos. Viven fuera de la zona de exclusión de 20 kilómetros que rodea a la planta nuclear de Fukushima Daiichi, pero todavía tienen que convivir con altos niveles de radiación que afectan su vida cotidiana. El testimonio de Ayaka forma parte de la serie de la BBC "Children of the Tsunami" ("Niños del Tsunami"). 2. Fukushima: qué hacer con 25 millones de toneladas de escombros.Un año después del devastador tsunami, las autoridades japonesas creen que en las tres prefecturas más afectadas quedan cerca de 25 millones de escombros. Los trabajos de limpieza están todavía lejos de estar concluidos y pueden durar años. Sasade Haruyasu, jefe del equipo de escombros de Miyagi, habló con la BBC de la escala de este problema. Vea el proceso de recogida de los restos del tsunami en este video de BBC Mundo.






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domingo, 12 de febrero de 2012

2012 estará entre los 10 años más calurosos desde 1850

El año que inicia tendrá una temperatura casi medio grado centígrado superior al promedio observado entre 1961 y 1990, según meteorólogosLas elevadas temperaturas colocarán a 2012 como uno de los 10 años más calurosos desde 1850, informó este miércoles la Oficina de Meteorología del Reino Unido.

El año que inicia tendrá una temperatura casi medio grado centígrado (.48) superior al promedio observado entre 1961 y 1990, estimado en 14 grados, de acuerdo con el reporte anual de la Met Office.

El reporte tomó en cuenta que 2011 alcanzó un aumento en la temperatura de hasta .36 grados y se ubicó en el lugar 11 de la lista de años calurosos elaborada a partir de una base de datos de la oficina meteorológica y la Universidad de East Anglia.

“Mientras que 2010 fue un año caluroso récord, en 2011 vemos un muy fuerte (fenómeno) La Niña que puede enfriar temporalmente las temperaturas globales”, aseguró Adam Scaife, director de predicciones de la Mett Office.

La Niña es un fenómeno meteorológico que se caracteriza por alterar drásticamente los ciclos de lluvias en regiones tropicales. Es la contraparte de El Niño, que es la fase cálida del ciclo. Se considera que La Niña es responsable de las históricas lluvias en Colombia, que desde 2010 han dejado un número considerable de muertos y damnificados.

“La Niña regresó y aunque no es tan fuerte como al principio del año pasado, se espera que influya en las temperaturas del próximo año”, afirmó Scaife. “Por lo tanto, esperamos que 2012 sea ligeramente más cálido que el año pasado, pero no tanto como 2010”, agregó el meteorólogo británico.

La anomalía en la temperatura de 2011 por la Oficina de Meteorología británica coincide con mediciones similares publicadas por otros organismos internacionales.






Fuente: CNN Mexico / 2012 estará entre los 10 años más calurosos desde 1850: meteorólogos






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martes, 31 de enero de 2012

Un minuto más cerca del fin

Las manecillas del reloj, que regula el Boletín de Científicos de EE.UU., han avanzado un minuto hacia el desastre global 1

Estamos destruyendo la Tierra. A pesar de los avisos no hemos frenado la carrera nuclear, el cambio climático o el agotamiento de los recursos naturales. Con esas amenazas pesando sobre su manecilla, el pasado martes el reloj del «Juicio Final» (Doomsday Clock), cedió un minuto más en la cuenta atrás hacia la media noche. Pero el simbólico reloj del "Juicio Final" no funciona solo.

Su engranaje es en realidad la junta de dirección del "Boletín de Científicos Atómicos", un grupo de científicos e ingenieros de Estados Unidos que participaron en la creación de la bomba atómica en 1945. Sabiendo el enorme peligro que su invención suponía para la humanidad, el equipo creó esta herramienta para garantizar que el mundo también era consciente de las consecuencias de su empleo. Según sus creadores, el reloj evoca la cuenta atrás antes de una explosión nuclear y la imagen del Apocalipsis por la referencia constante a la medianoche.


Más vulnerables

Cada minuto que perdemos en este reloj significa que la humanidad es más vulnerable a una catástrofe. Ahora este apocalíptico reloj marca las 11:55, lo que significa que solo cinco minutos nos separan del que podría ser el final de la Tierra. La decisión de adelantar un minuto el reloj y devolverlo a la hora que tenía en 2007 se ha basado en la catástrofe de Fukushima, la incertidumbre sobre el programa nuclear de Irán y la decepción que ha supuesto el ver como las esperanzadoras conversaciones e iniciativas para frenar el cambio climático se quedaban en agua de borrajas.

El reloj del Juicio Final empezó a correr en 1947 y desde entonces está situado en la Universidad de Chicago. En su inauguración el equipo del Boletín fijó su hora a las 11:53. Eran los primeros años de la Guerra Fría y la amenaza de que Estados Unidos o Rusia utilizasen armas nucleares uno contra el otro era plausible.

En 1949 cedió cuatro minutos después de que la Unión Soviética probase su primera bomba atómica. En 1953 perdió un minuto más después de que Estados Unidos y la Unión Soviética testasen armas termonucleares. El reloj marcaba las 11:58, lo más cerca que ha estado en sus 65 años de existencia a la medianoche.

A lo largo de las décadas, la hora de este reloj ha ido cambiando, aunque no siempre a peor. En 1991 recuperó siete minutos después de que Estados Unidos y la Unión Soviética firmasen el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas.



El reloj del juicio Final avanza un minuto 2

El equipo de científicos que lo regula ha adelantado las manecillas, que indican cuánto le queda a la especie humana para su destrucción total, debido a la posibilidad de un conflicto nuclear o una catástrofe climática

Las manecillas del llamado Reloj del Juicio Final (Doomsday Clock), que representa en "minutos para la medianoche" cuánto le queda a la especie humana para su destrucción total, han avanzado un minuto. El motivo es el mayor riesgo de un posible desastre nuclear o una catástrofe causada por el cambio climático, según ha anunciado el grupo de científicos que lo regula en el "Boletín de los Científicos Atómicos". Este reloj, situado en la Universidad de Chicago y creado en 1947 por un grupo de científicos preocupado por el posible estallido de una guerra nuclear, se ha convertido en un indicador universalmente reconocido de la vulnerabilidad del mundo.

El reloj se acerca o se aleja de la medianoche según la sitaución política, científica y militar a nivel global. La última vez que el reloj del Juicio Final movió sus manecillas fue en enero de 2010, cuando los científicos retrasaron las agujas un minuto desde los cinco a los seis minutos antes de la medianoche. Las perspectivas eran buenas. Sin embargo, "frente a los avances insuficientes en la reducción de armas nucleares y la proliferación y la falta de acción continua sobre el cambio climático", han decidido avanzar la maquinaria un minuto hasta las 23.55. Simbólicamente, representa que la humanidad está a cinco minutos de la hecatombe.

En un comunicado emitido por el comité de científicos que forman parte de la junta directiva de la revista se señala que "hace dos años parecía que los líderes mundiales podrían confrontar las amenazas globales a las que nos enfrentamos". Pero "en muchos casos, esa tendencia no ha continuado o se ha revertido. Por esa razón, el Boletín de los Científicos Atómicos ha movido la manecilla del reloj un minuto más cerca de la medianoche, de vuelta a la hora que marcaba en el año 2007".

Como horario inicial, la junta de directivos del Boletín decidió colocar las agujas en siete minutos para la medianoche. En sus primeros 60 años, el reloj ha tenido 18 movimientos, que dependían especialmente en sus primeros años por la actividad nuclear de las potencias. Las agujas del reloj han estado en varias ocasiones muy cerca de la medianoche, lo que significa estar muy cerca del día del desastre.

El peor momento

El peor momento fue en 1953, cuando se colocaron a dos minutos de las cero horas a raíz de la primera explosión de una bomba de hidrógeno por parte de Estados Unidos. La Guerra Fría tuvo uno de sus momentos más críticos durante el mes de octubre de 1962, con Rusia instalando misiles nucleares en territorio cubano. Durante la duración del conflicto, el reloj no registró cambios, y se mantuvo en doce minutos. Otro punto crítico fue durante 1984, cayendo a tres minutos debido a un aumento en la carrera armamentista entre ambas potencias, mientras que en 1991 alcanzó su punto más alejado gracias al tratado START de reducción de armamento nuclear entre Estados Unidos y Rusia.

La nueva decisión de los científicos atómicos sobre el reloj del Juicio Final es una llamada de alerta sobre la situación del mundo.





Fuente 1: ABC.es
Autor: Maria González Picatoste / Corresponsal en Nueva York
Fuente 2: ABC.es





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domingo, 22 de enero de 2012

Catástrofes naturales en EEUU: ¿capricho del clima o consecuencia de políticas erradas?

Por la envergadura de las catástrofes naturales el año 2011 es comparable solo con 2005, con el huracán Katrina, y con 1998 con la histórica ola de calor y la gran sequía.

Los doce principales desastres de 2011 en EE.UU. han sido: seis grandes tempestades y tornados en la zona costera del país, los desbordamientos de los ríos Mississippi y Missouri en primavera y en verano pasados, la fuerte sequía sureña, la nevada en febrero en la parte central y en el este de EE. UU., el huracán Irene en agosto y los incendios forestales en el sur del país.

Estas doce catástrofes le han costado la vida a 646 estadounidenses. En total en 2011 por los caprichos del clima murieron unas 1.000 personas (si contamos las consecuencias de los desastres climáticos, que no superaron el billón de dólares en pérdidas).


"Estas tormentas no las he visto nunca antes"

Destacan que 2011 en EE. UU. fue mucho más extremo de lo que habían anticipado. Por ejemplo, los seis mayores brotes de tornados no pueden atribuirse al calentamiento global, según los expertos.

"Tenemos unas tormentas tan intensas que nunca antes había visto algo así", afirma Jack Hayes, director del Servicio Meteorológico Nacional.

Este año Texas sufrió incendios en un millón de acres de la zona forestal, cifra récord para el estado. Oklahoma batió el récord del mes más caliente de la historia de EE. UU. En Ohio cayeron tres veces más lluvias de lo habitual, lo que causó el mayor desbordamiento de los ríos.

"Hay muy poca agua en el sur y demasiada en el norte. Es lo que oímos cada vez con más frecuencia", dice Andrew Weaver, científico y experto del clima de la Universidad de la Victoria de Canadá.


¿Por qué han aumentado las catástrofes y su envergadura?

La mayoría de los científicos culpa al calentamiento global y a los 'caprichos' de la naturaleza. "Hay cosas que aguardamos en el contexto del calentamiento global", dice el director del centro, Tom Karl. Pero resulta que los científicos están muy lejos de prever todos los desastres.

"Este año no solo fue un año de anomalías, sino también es el precursor de lo que nos espera, con las olas de calor, sequías y otros extremos del tiempo", afirmó Jane Lubchenco, empleada de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera (NOAA, por sus siglas en inglés) en la conferencia sobre el tema que se celebró esta semana en San Francisco.

Entre los factores por los qué los crecientes desastres provocan cada vez más pérdidas, los expertos señalan también que la migración de la población a la parte sureña de EE. UU. a lo largo de los últimos 30 años, donde ocurren muchas catástrofes juega su papel. Cada vez "más gente vive en la zona de peligro", como las zonas costeras por ejemplo, dice Jane Lubchenco.

El científico Michael Oppenheimer, de la Universidad de Princeton, propone dos cosas que hay que hacer en esta difícil situación: "tratar de lentificar el calentamiento global con la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero y prepararse mejor para los extremos climáticos".

¿Servirán las pérdidas billonarias para que EE. UU. se dé cuenta de la necesidad de luchar contra el cambio climático? El mundo espera que Washington se comprometa con la reducción de emisiones de los gases de efecto invernadero. Pero en las negociaciones en Durban EE. UU. todavía se ha manifestado obstinadamente con un 'no'.






Fuente; RT / Russian Today
Fotografía: Un vecindario completamente destruido después que un tornado golpeo a Joplin, Missouri / May 25, 2011 Reuters









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martes, 3 de enero de 2012

Catástrofes de 2011 costaron al mundo 350 mil millones de dólares

Es una cifra récord estimada por la aseguradora Swiss Re. El terremoto de Japón fue el mayor exponente de la tragedia
Debido a esas catástrofes, las compañías de seguros tendrán que desembolsar 108 mil millones de dólares en 2011, una suma 2,25 superior a la de 2010 que fue de 48 mil millones de dólares, agregó el informe de Swiss Re, que precisó que se trata de una estimación preliminar.

El terremoto seguido de maremoto en Japón, en marzo pasado, fue la principal catástrofe del año, según la compañía.

En los primeros 11 meses del año, unas 30 mil personas perdieron la vida en esas catástrofes, la mayoría de ellas, en Japón. Para el economista jefe de Swiss Re, Kurt Karl, 2011 "permanecerá en la memoria como un año marcado por trágicos terremotos, de consecuencias muy costosas".

"Lamentablemente, las coberturas de seguros en materia de terremotos siguen siendo muy bajas, aún en países industrializados con importantes riesgos sísmicos como en Japón", dijo Kurt Karl.


►Descargar informe: Estimaciones preliminares para 2011: Las catástrofes naturales y los siniestros antropógenos provocaron pérdidas económicas por un importe de USD 350 000 mill. y costaron a las aseguradoras USD 108 000 mill. / pdf




* Fuente: Infobae.com





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jueves, 22 de diciembre de 2011

El Pentágono espera crueles 'atentados' de la naturaleza

Tiempo para prepararse para el siguiente 09/11. La mayor amenaza para Estados Unidos no es el terrorismo. Es la ira de la madre naturaleza
Nuevos desastres comparables por sus efectos a los atentados del 11 de septiembre de 2011 castigarán en el futuro próximo a Estados Unidos, pero esta vez en forma de catástrofes naturales. Esta alarmante predicción fue hecha por Paus Stockton, secretario adjunto de Defensa Interior de EEUU.

El experto denomina este tipo de eventos 'catástrofes complejas' e indica que pueden tener efecto dominó y conllevar cambios políticos y sociales, informa la revista 'Newsweek' 1.

Stockton 2 intenta prever las formas de enfrentarse a este tipo de desastres, que pueden cambiar drásticamente las vidas de millones de estadounidenses. Sus modelos contemplan desastres que pueden matar a decenas de miles de personas, minar la economía nacional y abrir una enorme brecha en la seguridad nacional. Y el 'terrorista' responsable de todas estas atrocidades podría ser la Naturaleza.

Los expertos no dudan de que siniestros más devastadores que el huracán Katrina se producirán sin falta. El calentamiento global y la elevación del nivel del océano mundial ya generan huracanes más potentes y tormentas más peligrosas. Lo peor es que las regiones que son vulnerables a estos desastres naturales están densamente pobladas debido a la migración a las grandes ciudades situadas a las costas oceánicas, explican los especialistas.

Para el territorio de EEUU. existen predicciones aún más sombrías que el terremoto que se produjo en marzo en Japón y que provocó un tsunami y la avería de una planta nuclear.

Hace cien años se registró una serie de grandes seísmos en la zona al norte de la ciudad de Memphis, alrededor de New Madrid 3, estado de Missouri, que se sintieron hasta en la costa este del país. Sin embargo, el desastre no provocó numerosas víctimas porque en aquel entonces la zona estaba poco poblada. Los científicos estadounidenses han calculado que si un terremoto de 7,7 grados se produjera ahora en el mismo lugar, hasta 86.000 personas podrían resultar muertas o heridas, los daños económicos alcanzarían los 300.000 millones de dólares, resultarían afectadas 15 centrales nucleares y los trabajos de rescate requerirían 42.000 efectivos, lo que significa que haría falta emplear al Ejército.

Sin embargo, con toda la experiencia adquirida por los norteamericanos tras el 11-S y en las operaciones llevadas a cabo durante la última década, la actividad de los militares en Estados Unidos, incluso para salvar vidas, despertaría recelos, indica el autor del artículo.




Fuente: Actualidad.RT.com
Referencias: 1. Time to Brace for the Next 9/11. The biggest threat to America isn’t terrorism. It’s the wrath of Mother Nature. (Tiempo para prepararse para el siguiente 09/11. La mayor amenaza para Estados Unidos no es el terrorismo. Es la ira de la madre naturaleza) by Christopher Dickey / Newsweek (traducción google)
2. Entrevista a Paus Stockton

3.
New Madrid Seismic Zone / Wikipedia (traducción google)

Fotografía: 2011’s Most Expensive Disasters / The Daily Beast




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lunes, 12 de diciembre de 2011

Marchando hacia el precipicio. Por Noam Chomsky

Una tarea de la Convención Marco sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, que en la actualidad está teniendo lugar en Durban, Sudáfrica, es extender las decisiones políticas previas, limitadas en alcance y solamente parcialmente aplicadas.

Estas decisiones se remontan a la Convención de 1992 de la ONU y al Protocolo de Kyoto de 1997, al que Estados Unidos rehusó unirse. El primer periodo de compromiso del Protocolo de Kyoto termina en 2012. El ambiente más o menos general anterior a la conferencia fue capturado por The New York Times en un titular: "Asuntos urgentes, pero bajas expectativas". 1

Conforme los delegados se reúnen en Durban, un informe sobre un nuevo resumen actualizado de sondeos realizados por el Consejo de Relaciones Exteriores y el Programa sobre Actitudes Políticas Internacionales (PIPA, por sus siglas en inglés) revela que los públicos de todo el mundo y en Estados Unidos dicen que sus gobiernos deben dar a una prioridad más alta al calentamiento global y apoyan vigorosamente acciones multilaterales para atenderlo.

La mayoría de los ciudadanos estadounidenses está de acuerdo, aunque el PIPA aclara que el porcentaje “ha estado declinando durante los últimos años, de forma que la preocupación de Estados Unidos es significativamente más baja que el promedio mundial —79 por ciento, en comparación con 84 por ciento”.

Los estadounidenses no perciben que hay un consenso científico acerca de la necesidad de acción urgente sobre el cambio climático... Una gran mayoría piensa que se verá afectada personalmente eventualmente por el cambio climático, pero sólo una minoría cree que está siendo afectada ahora, contrariamente a la opinión de la mayoría de los otros países. Los estadounidenses tienden a subestimar el nivel de preocupación entre otros estadounidenses.

Estas actitudes no son accidentales. En 2009 las industrias de energía, apoyadas por el cabildeo corporativo, lanzó varias grandes campañas que arrojan dudas sobre el casi unánime consenso de científicos sobre la severidad de la amenaza de calentamiento global inducido por los seres humanos.

El consenso es sólo casi unánime porque no incluye a los muchos expertos convencidos de que las advertencias acerca del calentamiento global no son suficientemente fuertes, y por el grupo marginal que niega por completo la validez de la amenaza.

La cobertura habitual de este problema, dijo, se basa en lo que es llamado mantener un balance: la abrumadora mayoría de los científicos en un lado, y los negadores en el otro. Los científicos que emiten las advertencias más sombrías son ignorados en su mayor parte.

Un efecto de esto es que escasamente una tercera parte de la población de EEUU cree que existe un consenso científico sobre la amenaza del calentamiento global, mucho menos que el promedio mundial, y radicalmente inconsistente con los hechos.

No es un secreto que el gobierno estadounidense está arrastrando los pies en cuanto a asuntos climáticos. Los públicos de todo el mundo han criticado en gran parte la forma en que Estados Unidos está manejando el problema del cambio climático, según el PIPA. En general, Estados Unidos ha sido ampliamente visto como el país que ha tenido el efecto más negativo sobre el ambiente del mundo, seguido por China. Alemania ha recibido las mejores calificaciones.

A veces es útil, para tener una perspectiva sobre lo que está ocurriendo en el mundo, adoptar la posición de observadores extraterrestres inteligentes que contemplan las extrañas ocurrencias en la Tierra. Observarían, asombrados, que el país más rico y poderoso en la historia del planeta ahora encabeza a los lemmings2 en su alegre avance hacia el precipicio.

El mes pasado, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), formada en 1974 a instancias del secretario estadounidense de Estado Henry Kissinger, emitió su informe más reciente sobre el acelerado incremento de las emisiones de carbono provenientes del uso de combustible fósil.

LA AIEA calculó que si el mundo sigue avanzando por su ruta actual, el presupuesto de carbono se habrá agotado para 2017. El presupuesto es la cantidad de emisiones que puede mantener el calentamiento global en un nivel de 2 grados Celsius, considerado el límite de seguridad.

El economista en jefe de la AIEA, Fatih Birol, dijo: La puerta se está cerrando... Si no cambiamos la dirección ahora en cuanto a cómo usamos la energía, terminaremos más allá de lo que los científicos nos han dicho que es el mínimo (para seguridad). La puerta se habrá cerrado para siempre.

También el mes pasado, el Departamento de Energía estadounidense informó acerca de las cifras de emisiones para 2010. Las emisiones aumentaron en la mayor cantidad registrada hasta ahora, citó la Associated Press, lo que significa que los niveles de gases de invernadero son más elevados que el peor de los escenarios posibles anticipados por el Panel Internacional sobre Cambio Climático en 2007.

John Reilly, codirector del Programa sobre Cambio Climático del Instituto de Tecnología (IPCC, por sus siglas en inglés) de Massachusetts, dijo a la AP que los científicos han considerado, en general, que las predicciones del IPCC pecan de conservadoras –a diferencia del pequeño grupo que negadores que atraen la atención pública. Reilly informó que el escenario del peor de los casos estaba aproximadamente a la mitad de los cálculos de posibles resultados dados a conocer por científicos del MIT.

A medida que estos ominosos informes eran dados a conocer, el diario Financial Times dedicó en una plana entera a las optimistas expectativas de que Estados Unidos podría llegar a ser independiente en cuanto a energía durante un siglo con la nueva tecnología para la extracción de combustibles fósiles norteamericanos.

Aunque las proyecciones son inciertas, informa el Financial Times, Estados Unidos podría pasar de un salto sobre Arabia Saudita y Rusia para convertirse en el mayor productor del mundo de hidrocarburos líquidos, contando tanto el petróleo crudo como los líquidos ligeros de gas natural.

De ocurrir este feliz suceso, Estados Unidos podría esperar conservar su hegemonía mundial. Más allá de algunos comentarios sobre el impacto ecológico a escala local, el Financial Times nada dijo acerca de qué tipo de mundo emergería de esas emocionantes perspectivas. La energía es para quemarse, y que se lleve el diablo al ambiente global.

Prácticamente todos los gobiernos están dando al menos pasos vacilantes para hacer algo acerca de la catástrofe que se avecina. Estados Unidos está la cabeza en esto –al revés. La Cámara de Representantes de Estados Unidos, dominada por los republicanos, ahora está desmantelando las medidas ambientales introducidas por Richard Nixon, que en muchos aspectos fue el último presidente liberal.

Este comportamiento reaccionario es una de muchas señales de la crisis de la democracia estadounidense durante la generación pasada. La brecha entre la opinión pública y la política pública ha crecido hasta convertirse en un abismo en asuntos centrales del debate político actual, como el del déficit y los empleos. Sin embargo, gracias a la ofensiva propagandística, la brecha es menos de lo que debiera ser en el asunto más serio de la agenda internacional hoy en día –y posiblemente en la historia.

Se puede perdonar a los hipotéticos observadores extraterrestres si llegan a la conclusión de que al parecer estamos infectados por algún tipo de locura letal.






Fuente: Jornada.unam.mx
Autor: Noam Chomsky (Filadelfia, Estados Unidos,1928-) es un lingüista, filósofo y activista estadounidense. Es profesor emérito de Lingüística en el MIT y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX, gracias a sus trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva. A lo largo de su vida, ha ganado popularidad también por su activismo político, caracterizado por una visión fuertemente crítica de las sociedades capitalistas y socialistas, habiéndose definido políticamente a sí mismo como un anarquista o socialista libertario. Su libro mas reciente “9-11: Was There an Alternative?”
Referencias: 1. At Meeting on Climate Change, Urgent Issues but Low Expectations / New York Times 2. Leminos (Lemmini)





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