martes, 31 de enero de 2012

Un minuto más cerca del fin

Las manecillas del reloj, que regula el Boletín de Científicos de EE.UU., han avanzado un minuto hacia el desastre global 1

Estamos destruyendo la Tierra. A pesar de los avisos no hemos frenado la carrera nuclear, el cambio climático o el agotamiento de los recursos naturales. Con esas amenazas pesando sobre su manecilla, el pasado martes el reloj del «Juicio Final» (Doomsday Clock), cedió un minuto más en la cuenta atrás hacia la media noche. Pero el simbólico reloj del "Juicio Final" no funciona solo.

Su engranaje es en realidad la junta de dirección del "Boletín de Científicos Atómicos", un grupo de científicos e ingenieros de Estados Unidos que participaron en la creación de la bomba atómica en 1945. Sabiendo el enorme peligro que su invención suponía para la humanidad, el equipo creó esta herramienta para garantizar que el mundo también era consciente de las consecuencias de su empleo. Según sus creadores, el reloj evoca la cuenta atrás antes de una explosión nuclear y la imagen del Apocalipsis por la referencia constante a la medianoche.


Más vulnerables

Cada minuto que perdemos en este reloj significa que la humanidad es más vulnerable a una catástrofe. Ahora este apocalíptico reloj marca las 11:55, lo que significa que solo cinco minutos nos separan del que podría ser el final de la Tierra. La decisión de adelantar un minuto el reloj y devolverlo a la hora que tenía en 2007 se ha basado en la catástrofe de Fukushima, la incertidumbre sobre el programa nuclear de Irán y la decepción que ha supuesto el ver como las esperanzadoras conversaciones e iniciativas para frenar el cambio climático se quedaban en agua de borrajas.

El reloj del Juicio Final empezó a correr en 1947 y desde entonces está situado en la Universidad de Chicago. En su inauguración el equipo del Boletín fijó su hora a las 11:53. Eran los primeros años de la Guerra Fría y la amenaza de que Estados Unidos o Rusia utilizasen armas nucleares uno contra el otro era plausible.

En 1949 cedió cuatro minutos después de que la Unión Soviética probase su primera bomba atómica. En 1953 perdió un minuto más después de que Estados Unidos y la Unión Soviética testasen armas termonucleares. El reloj marcaba las 11:58, lo más cerca que ha estado en sus 65 años de existencia a la medianoche.

A lo largo de las décadas, la hora de este reloj ha ido cambiando, aunque no siempre a peor. En 1991 recuperó siete minutos después de que Estados Unidos y la Unión Soviética firmasen el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas.



El reloj del juicio Final avanza un minuto 2

El equipo de científicos que lo regula ha adelantado las manecillas, que indican cuánto le queda a la especie humana para su destrucción total, debido a la posibilidad de un conflicto nuclear o una catástrofe climática

Las manecillas del llamado Reloj del Juicio Final (Doomsday Clock), que representa en "minutos para la medianoche" cuánto le queda a la especie humana para su destrucción total, han avanzado un minuto. El motivo es el mayor riesgo de un posible desastre nuclear o una catástrofe causada por el cambio climático, según ha anunciado el grupo de científicos que lo regula en el "Boletín de los Científicos Atómicos". Este reloj, situado en la Universidad de Chicago y creado en 1947 por un grupo de científicos preocupado por el posible estallido de una guerra nuclear, se ha convertido en un indicador universalmente reconocido de la vulnerabilidad del mundo.

El reloj se acerca o se aleja de la medianoche según la sitaución política, científica y militar a nivel global. La última vez que el reloj del Juicio Final movió sus manecillas fue en enero de 2010, cuando los científicos retrasaron las agujas un minuto desde los cinco a los seis minutos antes de la medianoche. Las perspectivas eran buenas. Sin embargo, "frente a los avances insuficientes en la reducción de armas nucleares y la proliferación y la falta de acción continua sobre el cambio climático", han decidido avanzar la maquinaria un minuto hasta las 23.55. Simbólicamente, representa que la humanidad está a cinco minutos de la hecatombe.

En un comunicado emitido por el comité de científicos que forman parte de la junta directiva de la revista se señala que "hace dos años parecía que los líderes mundiales podrían confrontar las amenazas globales a las que nos enfrentamos". Pero "en muchos casos, esa tendencia no ha continuado o se ha revertido. Por esa razón, el Boletín de los Científicos Atómicos ha movido la manecilla del reloj un minuto más cerca de la medianoche, de vuelta a la hora que marcaba en el año 2007".

Como horario inicial, la junta de directivos del Boletín decidió colocar las agujas en siete minutos para la medianoche. En sus primeros 60 años, el reloj ha tenido 18 movimientos, que dependían especialmente en sus primeros años por la actividad nuclear de las potencias. Las agujas del reloj han estado en varias ocasiones muy cerca de la medianoche, lo que significa estar muy cerca del día del desastre.

El peor momento

El peor momento fue en 1953, cuando se colocaron a dos minutos de las cero horas a raíz de la primera explosión de una bomba de hidrógeno por parte de Estados Unidos. La Guerra Fría tuvo uno de sus momentos más críticos durante el mes de octubre de 1962, con Rusia instalando misiles nucleares en territorio cubano. Durante la duración del conflicto, el reloj no registró cambios, y se mantuvo en doce minutos. Otro punto crítico fue durante 1984, cayendo a tres minutos debido a un aumento en la carrera armamentista entre ambas potencias, mientras que en 1991 alcanzó su punto más alejado gracias al tratado START de reducción de armamento nuclear entre Estados Unidos y Rusia.

La nueva decisión de los científicos atómicos sobre el reloj del Juicio Final es una llamada de alerta sobre la situación del mundo.





Fuente 1: ABC.es
Autor: Maria González Picatoste / Corresponsal en Nueva York
Fuente 2: ABC.es





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domingo, 22 de enero de 2012

Catástrofes naturales en EEUU: ¿capricho del clima o consecuencia de políticas erradas?

Por la envergadura de las catástrofes naturales el año 2011 es comparable solo con 2005, con el huracán Katrina, y con 1998 con la histórica ola de calor y la gran sequía.

Los doce principales desastres de 2011 en EE.UU. han sido: seis grandes tempestades y tornados en la zona costera del país, los desbordamientos de los ríos Mississippi y Missouri en primavera y en verano pasados, la fuerte sequía sureña, la nevada en febrero en la parte central y en el este de EE. UU., el huracán Irene en agosto y los incendios forestales en el sur del país.

Estas doce catástrofes le han costado la vida a 646 estadounidenses. En total en 2011 por los caprichos del clima murieron unas 1.000 personas (si contamos las consecuencias de los desastres climáticos, que no superaron el billón de dólares en pérdidas).


"Estas tormentas no las he visto nunca antes"

Destacan que 2011 en EE. UU. fue mucho más extremo de lo que habían anticipado. Por ejemplo, los seis mayores brotes de tornados no pueden atribuirse al calentamiento global, según los expertos.

"Tenemos unas tormentas tan intensas que nunca antes había visto algo así", afirma Jack Hayes, director del Servicio Meteorológico Nacional.

Este año Texas sufrió incendios en un millón de acres de la zona forestal, cifra récord para el estado. Oklahoma batió el récord del mes más caliente de la historia de EE. UU. En Ohio cayeron tres veces más lluvias de lo habitual, lo que causó el mayor desbordamiento de los ríos.

"Hay muy poca agua en el sur y demasiada en el norte. Es lo que oímos cada vez con más frecuencia", dice Andrew Weaver, científico y experto del clima de la Universidad de la Victoria de Canadá.


¿Por qué han aumentado las catástrofes y su envergadura?

La mayoría de los científicos culpa al calentamiento global y a los 'caprichos' de la naturaleza. "Hay cosas que aguardamos en el contexto del calentamiento global", dice el director del centro, Tom Karl. Pero resulta que los científicos están muy lejos de prever todos los desastres.

"Este año no solo fue un año de anomalías, sino también es el precursor de lo que nos espera, con las olas de calor, sequías y otros extremos del tiempo", afirmó Jane Lubchenco, empleada de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmósfera (NOAA, por sus siglas en inglés) en la conferencia sobre el tema que se celebró esta semana en San Francisco.

Entre los factores por los qué los crecientes desastres provocan cada vez más pérdidas, los expertos señalan también que la migración de la población a la parte sureña de EE. UU. a lo largo de los últimos 30 años, donde ocurren muchas catástrofes juega su papel. Cada vez "más gente vive en la zona de peligro", como las zonas costeras por ejemplo, dice Jane Lubchenco.

El científico Michael Oppenheimer, de la Universidad de Princeton, propone dos cosas que hay que hacer en esta difícil situación: "tratar de lentificar el calentamiento global con la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero y prepararse mejor para los extremos climáticos".

¿Servirán las pérdidas billonarias para que EE. UU. se dé cuenta de la necesidad de luchar contra el cambio climático? El mundo espera que Washington se comprometa con la reducción de emisiones de los gases de efecto invernadero. Pero en las negociaciones en Durban EE. UU. todavía se ha manifestado obstinadamente con un 'no'.






Fuente; RT / Russian Today
Fotografía: Un vecindario completamente destruido después que un tornado golpeo a Joplin, Missouri / May 25, 2011 Reuters









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martes, 3 de enero de 2012

Catástrofes de 2011 costaron al mundo 350 mil millones de dólares

Es una cifra récord estimada por la aseguradora Swiss Re. El terremoto de Japón fue el mayor exponente de la tragedia
Debido a esas catástrofes, las compañías de seguros tendrán que desembolsar 108 mil millones de dólares en 2011, una suma 2,25 superior a la de 2010 que fue de 48 mil millones de dólares, agregó el informe de Swiss Re, que precisó que se trata de una estimación preliminar.

El terremoto seguido de maremoto en Japón, en marzo pasado, fue la principal catástrofe del año, según la compañía.

En los primeros 11 meses del año, unas 30 mil personas perdieron la vida en esas catástrofes, la mayoría de ellas, en Japón. Para el economista jefe de Swiss Re, Kurt Karl, 2011 "permanecerá en la memoria como un año marcado por trágicos terremotos, de consecuencias muy costosas".

"Lamentablemente, las coberturas de seguros en materia de terremotos siguen siendo muy bajas, aún en países industrializados con importantes riesgos sísmicos como en Japón", dijo Kurt Karl.


►Descargar informe: Estimaciones preliminares para 2011: Las catástrofes naturales y los siniestros antropógenos provocaron pérdidas económicas por un importe de USD 350 000 mill. y costaron a las aseguradoras USD 108 000 mill. / pdf




* Fuente: Infobae.com





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