jueves, 26 de febrero de 2009

El cambio climático va más rápido de lo que se pensaba

Los datos actuales indican que será mayor de lo previsto por el último informe científico de la ONU.

El cambio climático, si no se toman medidas efectivas para atenuarlo, será más rápido y más intenso de lo previsto por el último informe de evaluación de los científicos de Naciones Unidas (el IPCC), que se presentó a principios de 2007. Dicho informe era demasiado prudente o conservador, a la vista de las investigaciones más recientes sobre el calentamiento global. Es la conclusión de varios expertos, varios de ellos miembros del IPCC, durante la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), que se celebra en Chicago. Las temperaturas pueden subir entre 2 y 11,5 grados centígrados de aquí a final de siglo, y no entre 1,1 y 6,4 como indicaba el cuarto informe del IPCC, el AR4. "Ahora tenemos datos que muestran que entre 2000 y 2007, las emisiones de gases de efecto invernadero se incrementaron mucho más rápidamente de lo que esperábamos, sobre todo debido a los países en vías de desarrollo, como China e India, que han tenido un enorme crecimiento de la producción eléctrica casi toda basada en el carbón", explicó en Chicago Chris Field , de la Universidad de Stanford (EEUU) y uno de los responsables del próximo informe del IPCC, que se emitirá en 2014 y que" indicará un calentamiento muy superior para el futuro", afirmó.

Si la tendencia actual no cambia, el aumento de las temperaturas supone un alto riesgo de incendio en las selvas tropicales y de fusión de extensas zonas de la tundra ártica, emitiéndose en ambos casos miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero que pueden a su vez, aumentar las temperatura global y generar un círculo vicioso, una espiral incontrolada de causa-efecto hacia finales de siglo, explicó Field. "Hay que evitar sobrepasar el límite a partir del cual la emisión masiva de gases de efecto invernadero empiece a marchar con piloto automático".

En una sesión científica dedicada a los avances científicos sobre cambio climático desde el AR4, Anny Cazenave, del Centro Nacional de Estudios Espaciales (Toulouse, Francia), explicó que las recientes y más precisas medidas sobre el océano global realizadas desde satélites indican que el nivel del mar esta subiendo, como media, unos 3 milímetros al año, es decir, el doble que en el siglo XX. Pero hay zonas, como el Pacífico Occidental, el Océano Antártico y el Sur de Groenlandia, donde la subida registrada es ya tres veces superior, con un centímetro al año.

Además de las selvas tropicales, otro almacén vital de dióxido de carbono en el planeta es el océano. Field explicó que el calentamiento, según estudios recientes, genera aumento de los vientos, como se registra ya en el océano meridional. El viento desplaza la capa superficial de agua y emerge agua más saturada de CO2, lo que limita su capacidad de absorción. Este es un segundo acelerador del calentamiento, explicó el científico de Stanford.

Un tercer factor determinante es la fusión del permafrost en la tundra ártica, que emitirá ingentes cantidades de CO2 almacenado en materia orgánica que ha estado ahí congelada desde hace miles de años. "Las nuevas estimaciones del total de CO2 retenido en el permafrost es del orden de un billón de toneladas (ojo, esta traducido, son mil millones americano)", apuntó Field. "En comparación, la cantidad total de CO2 emitida por la utilización de combustibles fósiles desde el inicio de la revolución industrial es de unos 350.000 millones de toneladas". Se sabe ya que el Ártico está fundiéndose mucho más rápidamente que cualquier otro lugar del planeta y que las plantas congeladas son mucho muy susceptibles a la descomposición al fundirse la tundra, así que este factor también genera un ciclo vicioso de más emisiones/mas calor/más fusión de zonas heladas/más emisiones, ecétera, destacaron los científicos en Chicago. "Estos factores de retroalimentación en la tundra y en las selvas tropicales nos e tuvieron en cuenta en detalle en el último informe del IPCC porque no se comprendían a fondo en su momento", advirtió Fields. "En resumen: ahora sabemos que si no se toman medidas efectivas, el cambio climático va a ser mayor y más difícil de afrontar de lo que pensábamos".

¿Más efecto invernadero por los biocombustibles?

En la misma sesión dedicada a las novedades científicas sobre el calentamiento global Holly Gibbs, de la Universidad de Wisconsin (EEUU) presentó estudios recientes sobre la expansión de los cultivos para biocombustibles y sus efectos. Su conclusión es que si esos cultivos se extienden a expensas de deforestar grandes regiones tropicales, aumentará la emisión de gases de efecto invernadero, en lugar de reducirse.

A esto hay que añadir la creciente presión sobre las selvas, ganando terreno a los árboles, para hacer frente a la creciente demanda alimenticia. Sólo se obtendrá una reducción de emisiones si los cultivos para biocombustibles -sobre todo los más eficaces, como aceite de palma y caña de azúcar- se implantan en terrenos ya degradados o utilizados para la agricultura se obtendrá una reducción de emisiones. Gibbs explicó que los ecosistemas tropicales almacenan unos 350.000 millones de toneladas de carbono e incluso antes de la expansión de los biocombustibles, la deforestación tropical, sobre todo por la expansión de la agricultura, estaba emitiendo ya 1.500 millones de toneladas de carbono a la atmósfera al año.

Fuente: El País.com
Autor: Alicia Rivera (Chicago, enviada especial)

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miércoles, 18 de febrero de 2009

Calentamiento global: Las cinco evidencias que prueban el problema

Cientos de informes científicos demuestran el alcance del calentamiento.

El calentamiento global no es un problema "que quizá, o quizá no, tengan nuestros tataranietos", como asegura el ex presidente José María Aznar. El cambio climático es "inequívoco" y lo demuestran las observaciones científicas de aumento de la temperatura del aire y del océano, de la fusión generalizada de nieves y hielos y del incremento del promedio mundial del nivel del mar, de acuerdo al informe de síntesis del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU, cuyos científicos ganaron el premio Nobel de la Paz en 2007.

Además, el calentamiento está provocado por el hombre, y sobre todo por el modelo de desarrollo del último siglo, muy dependiente de combustibles fósiles. Los datos científicos lo demuestran: las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero por efecto de actividades humanas han aumentado, desde la era preindustrial, un 70% entre 1970 y 2004, según el IPCC. Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en 2005 excedían ya los valores de los últimos 650.000 años. Los escépticos que organizan el simposio de marzo aseguran que "nuevas evidencias muestran que el dióxido de carbono no es un gas de efecto invernadero muy poderoso", pero los expertos del IPCC han probado que el CO2 es el gas de efecto invernadero de origen antropogénico más importante, y sus emisiones aumentaron un 80% entre 1970 y 2004.

Son evidentes los numerosos efectos del cambio climático en todos los continentes. Once de los doce años de 1995 a 2006 han sido los más cálidos de los registros de temperaturas observadas, desde 1850, y este aumento "está distribuido por todo el planeta y es mayor en latitudes septentrionales altas", afirman los más de 2.400 expertos del IPCC. Las temperaturas del hemisferio norte durante la segunda mitad del siglo XX fueron las más altas de los últimos 1.300 años.

Las cifras hablan por sí solas: el nivel del mar ha aumentado 3,1 milímetros anuales entre 1993 y 2003, los hielos marinos árticos han disminuido en un 2,7% por decenio y los glaciares de montaña y la cubierta de nieve ha descendido en un 7% en el hemisferio norte desde 1900. Las corrientes atmosféricas cambian y la temporada de ciclones tropicales y huracanes en el hemisferio norte ha aumentado desde 1970, según los datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En España las borrascas no han entrado este invierno por el Atlántico, sino que llegan a través de frentes procedentes del centro de Europa y de Siberia, otra anormalidad relacionada con el cambio climático.

Las pruebas actuales del cambio climático

Agua
Los sistemas naturales de nieve, hielo y terreno congelado, incluido el permafrost, ya muestran alteraciones, como por ejemplo un aumento del número y la extensión de lagos glaciares y más avalanchas de rocas en regiones montañosas por la pérdida de glaciares. Las más de 29.000 series de datos obtenidos de 75 estudios recogidos por los científicos de la ONU muestran que ha aumentado la escorrentía de los ríos, se han adelantado las fechas de caudal máximo primaveral en numerosos ríos alimentados por glaciares y por nieve y se han calentado ríos y lagos de muchas regiones.

La tendencia es que cada vez haya una menor disponibilidad del agua y aumenten las sequías en latitudes medias, y que haya más personas expuestas a un mayor estrés hídrico. Como ha publicado esta semana ‘Nature’, la Antártida también ha registrado un aumento de temperaturas. Además, los cambios en los sistemas árticos y antárticos provoca la llegada de nuevos depredadores.

Ecosistemas
Entre los efectos ya palpables del cambio climático en las especies, los científicos del IPCC destacan el adelanto de los procesos primaverales, como el brote temprano de hojas; la alteración en las migraciones de aves o la puesta de huevos; y el desplazamiento de especies vegetales y animales hacia niveles altos del ámbito geográfico.

En los océanos los impactos del calentamiento antropogénico también se perciben, como por ejemplo en el desplazamiento y variación de la abundancia de algas, plancton y peces en latitudes altas; y adelantamiento en las migraciones de peces.

Los arrecifes de coral son otro de los ecosistemas afectados por el calentamiento, y su situación se agrava con la sobreexplotación pesquera y la contaminación. El IPCC apunta a que el 30% de las especies aumentará su riesgo de extinción si la temperatura se incrementa un grado centígrado, que la mayoría de los corales se decolorarán y morirán y que el riesgo de incendios incontrolados asciende.

Alimentación
Al igual que los ecosistemas naturales, los cultivos también experimentan alteraciones por el calentamiento. Así, las plantaciones de semillas tienen que realizarse antes y hay daños en zonas forestales por incendios y plagas en el hemisferio norte, según los expertos de la ONU.

El aumento de las temperaturas provoca una disminución de la disponibilidad de recursos hídricos, mayor sequedad en los suelos y por lo tanto mayor demanda de agua para el riego. En esta línea, los científicos del IPCC advierten de la tendencia a una bajada en la productividad de cereales en latitudes bajas.

Los recursos pesqueros también sufren el impacto del cambio climático por alteraciones de las rutas migratorias, lo que afecta a su disponibilidad de alimentos y por lo tanto a su reproducción. El aumento del termómetro del océano afecta a la supervivencia de numerosas especies, incluidas a las pesqueras, y su situación se agrava con la contaminación marina por vertidos y la sobreexplotación.

Costas
Los daños en el litoral por el aumento del nivel del mar son ya tangibles en países como Tuvalu, que empieza a contar con los primeros refugiados ambientales. Además los datos muestran la desaparición de ecosistemas costeros, la pérdida de humedales y de manglares, un creciente deterioro del litoral por inundaciones y la intrusión de la cuña salina en deltas. Uno de los impactos más destructivos es la llegada de ciclones y huracanes a las costas. En EEUU llegaron en 2008 por primera vez en la historia seis ciclones tropicales de forma consecutiva, y también por primera vez, tres huracanes de gran intensidad llegaron a Cuba, según los datos de la Organización Meteorológica Mundial.

Además, el año pasado en EEUU fue uno de los diez primeros por el número de víctimas mortales, 123 en total, causadas por tornados desde que empezaron a efectuarse registros fiables en 1953; y de enero a agosto de 2008 se contabilizaron 1.489 tornados, lo que supone un récord con respecto a todas las cifras registradas desde 1953.

Salud
Los daños en el litoral por el aumento del nivel del mar son ya tangibles en países como Tuvalu, que empieza a contar con los primeros refugiados ambientales. Además los datos muestran la desaparición de ecosistemas costeros, la pérdida de humedales y de manglares, un creciente deterioro del litoral por inundaciones y la intrusión de la cuña salina en deltas. Uno de los impactos más destructivos es la llegada de ciclones y huracanes a las costas. En EEUU llegaron en 2008 por primera vez en la historia seis ciclones tropicales de forma consecutiva, y también por primera vez, tres huracanes de gran intensidad llegaron a Cuba, según los datos de la Organización Meteorológica Mundial.

Además, el año pasado en EEUU fue uno de los diez primeros por el número de víctimas mortales, 123 en total, causadas por tornados desde que empezaron a efectuarse registros fiables en 1953; y de enero a agosto de 2008 se contabilizaron 1.489 tornados, lo que supone un récord con respecto a todas las cifras registradas desde 1953.

Fuente: Público.es
Autor: M. G. de la Fuente / Madrid

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domingo, 8 de febrero de 2009

Oscurecimiento global / Global dimming



El oscurecimiento global: ¿un mal remedio para una grave enfermedad?

La teoría del calentamiento global es conocida y la vivimos todos los días con el cambio climático que genera. Sin embargo, en los últimos años se está hablando del "global dimming", una hipótesis que sostiene que en realidad el "tapiz" de contaminación del planeta bloquea la llegada de rayos solares y hace que la temperatura baje. ¿A quién creerle?

Hace mucho tiempo escuchamos hablar del efecto invernadero, un fenómeno por el cual el planeta aumenta su temperatura y cambia sus condiciones climáticas.

Sin embargo, desde 1989 existe otra teoría llamada "global dimming o oscurecimiento global", que sostiene que menos cantidad de rayos solares están llegando a algunos sectores de la superficie terrestre, principalmente a los de las grandes ciudades contaminadas. Esto se atribuye a una especie de "tapiz" que recubre la atmósfera e impide el paso de un mínimo porcentaje de radiación solar, provocado por el material particulado emitido en la quema de combustibles fósiles - . En consecuencia, en esas regiones la temperatura, en lugar de aumentar todo lo debido por el efecto invernadero, lo estaría haciendo a una tasa menor. Este efecto "oscurecimiento" contrarrestaría el calentamiento global provocado por el efecto invernadero. O al menos eso podría pensarse.

La teoría fue planteada por el climatólogo japonés Atsumu Ohmura en 1989 y ratificada, entre muchos otros, por el profesor de Geografía y Geología de la Universidad de Wisconsin, David Travis en 2001. Pero, aún no ha sido aprobada por la comunidad científica debido a que muchos consideran que sólo se trataría de un problema localizado en algunas zonas contaminadas. Esto implicaría, según los expertos, que no significaría una alteración de la temperatura promedio de todo el planeta, sino solamente en aquellas zonas que padecen el oscurecimiento.

Matilde Rusticucci, meteoróloga, doctora y profesora en Ciencias de la Atmósfera de la UBA coincide con este parecer y asegura: "A nivel global no es tan significativo. Puede disminuir la temperatura en una ciudad muy contaminada por el tráfico aéreo, pero no afecta el cambio climático global". Rusticucci sostiene que los efectos del calentamiento no se estarían contrarrestando: "Los gases de combustión que emiten los aviones pueden tener el mismo efecto en la atmósfera que el que emiten los volcanes cuando entran en erupción y pese a que dos o tres volcanes han logrado bajar la temperatura de grandes regiones, nunca un volcán bajó la temperatura promedio de todo el mundo".

Sin embargo, muchos científicos sostienen que este problema debe tenerse en cuenta en las agendas de los organismos encargados de regular la contaminación ambiental porque provocaría daños irreparables en la salud de las personas, además de perturbar el medio ambiente de las regiones afectadas, que hasta el momento se sabe que son algunas ciudades de Europa y Asia.
"Los gases contaminantes, que están causando el oscurecimiento global, generan un alto riesgo en la salud humana porque están empeorando la calidad del aire. Eso amenaza el sistema respiratorio e incrementará seguramente el cáncer de pulmón y en menor escala también afecta al clima", informa David Travis, uno de los creadores de la teoría del oscurecimiento global, vía mail, a Clarín.com.

La forma de Travis para demostrar su teoría del oscurecimiento global fue más que particular: El día después de los atentados al World Trade Center, cuando ningún avión sobrevolaba el cielo estadounidense por cuestiones de seguridad, realizó mediciones meteorológicas y comprobó que la temperatura promedio del 12 de septiembre de 2001 en Estados Unidos aumentó, sin razón aparente, un grado. En los días siguientes, cuando se reinició la rutina habitual de los vuelos, la temperatura promedio descendió exactamente un grado.
Conclusión: sin los efluentes de combustión que provocan el denominado oscurecimiento global y su consecuente restricción al paso de la radiación solar, el calentamiento global se aceleraría velozmente. ¿La consecuencia de esta teoría? Si por unos días que aviones dejaron de volar, el cielo se "despeja" de los gases", deja pasar más radiación solar, y sube un grado la temperatura, entonces la "capa" de partículas del "global dimming" no sería tan mala.

¿Peligroso?
Mario Núñez, investigador superior del CONICET y director del CIMA (Centro de Investigación del Mar y la Atmósfera) no está de acuerdo: "Lo que ocurre es que los gases tienen una permanencia en la atmósfera muy larga mientras que el material particulado dura poco. Por lo tanto, lo que prevalece es el efecto de calentamiento global. Las observaciones de temperaturas del planeta indican que viene en un continuo aumento".

Miguel Angel Ryndycz, Ingeniero Químico especialista en hidrocarburos, afirma que además de los efectos cancerígenos que podrían producir las partículas que se vuelcan a la atmósfera, se está poniendo al clima global en una condición de inestabilidad creciente. "Si en un día de no operación de vuelos comerciales en Estados Unidos se generó un cambio meteorológicamente detectable en el clima y con entidad estadística para miembros de la comunidad científica, es fácil entender que, en caso de supresión repentina y masiva de la emisión de material particulado, estaríamos frente a un fenómeno de magnitud mayor, con posible amplificación en lo inmediato en los efectos del calentamiento global. La comunidad científica nos está poniendo en alerta algo que es difícil de pronosticar por ser un fenómeno de escala global y que ha sido descubierto hace poco".

Ryndycz agrega: "Parecen ser dos grandes fuerzas tirando en direcciones opuestas. En el balance está prevaleciendo el calentamiento global porque sus efectos son evidentemente mayores, pero nadie había considerado la posibilidad de que su avance sea lento porque otro fenómeno asociado, también nocivo, lo podría estar inhibiendo parcialmente".

Para los dos ingenieros el desafío futuro tal vez consista en hallar la forma de reducir lo más rápido posible el vuelco de dióxido de carbono a la atmósfera, que es nocivo y que es la causa principal del calentamiento global, de un modo sostenible, pero cuidando de no generar desequilibrios vinculados al fenómeno de global dimming . La razón para hacerlo no es más ni menos que no exponer a la humanidad a un cambio drástico de la temperatura.
Por su lado, Travis : "La idea de no limpiar rápidamente la pobre calidad del aire porque podría reducir la descompensación de los gases del efecto invernadero no me parece adecuada. No podemos tratar de resolver un problema, permitiendo que continúe otro".

Mientras se debate si los efectos se estarían contrarrestando o no, en el imaginario colectivo el clima seguirá siendo esa especie de ser caprichoso, que se encuentra obstinado en arruinar los planes de todos los seres vivientes. "El tiempo se volvió loco", repiten miles de personas diariamente en un intento de justificar su disparatado comportamiento.

Su conducta se ha tornado impredecible. Algunos fenómenos meteorológicos, como por ejemplo, la cantidad y la frecuencia de las precipitaciones, se están alterando. También ha habido fuertes oleadas de calor, como por ejemplo, las que aparentemente causaron en el 2003 la muerte de 15.000 personas en Francia y 20.000 en Italia. Además de sequías, escasez de agua potable y la extensión de enfermedades tropicales a regiones alejadas de los trópicos, como ha sido el dengue en el norte argentino. Pero lógicamente el motivo de todos esos cambios, no se debe a un brote de locura, si no a los daños que ha ocasionado el hombre en el medio ambiente, sumados a los ciclos naturales, que han producido el oscurecimiento y el calentamiento, sean estos efectos locales o globales, que se contrarresten o no. Porque en definitiva, o es un pésimo remedio para una grave enfermedad, o son dos enfermedades de diferentes dimensiones.

Fuente: Clarin.com
Autor: Lucía Bertotto

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