jueves, 15 de octubre de 2009

El día después de mañana. Por Marcos G. Blanco

El alcance letal de los desastres naturales está aumentando: ¿Qué anuncian?

Hollywood ha vuelto a poner sobre el tapete el alcance destructivo que la naturaleza puede poseer. Esta vez, con The Day After Tomorrow [El día después de mañana], una película que muestra en qué estado quedaría la tierra después de ser arrasada por huracanes jamás vistos, olas gigantescas que destruyen ciudades enteras y tormentas de nieve en países tropicales, todos fenómenos provocados por el calentamiento global de nuestro planeta. Estos desastres, en la película mencionada, son el prenuncio de una era glacial, que acaba con la vida sobre la tierra.

¿Sólo ciencia ficción? ¿Fiebre futurista?

Veamos. Hace tiempo que los científicos vienen advirtiéndonos acerca de las consecuencias que la emisión de gases contaminantes tiene sobre nuestro querido hogar, llamado planeta Tierra. El Panel Internacional sobre Cambio Climático (un organismo de la ONU), en un informe avalado por 138 de los 146 premios Nobel de ciencia vivos, ha advertido acerca de “las previsibles y devastadoras consecuencias del calentamiento global del planeta”.

Esta advertencia, lejos de sólo ser una teoría que surgió como fruto de la elucubración de cerebros ociosos, se hace sentir con fuerza. Los desastres naturales ya se están cobrando centenares de vidas.

Veamos algunos casos.

Cambios climáticos extremos y sus consecuencias: La perspectiva de cambios climatológicos extremos preocupa a los expertos, situación agudizada por las devastadoras olas de calor del año pasado, que tuvieron como resultado más de quince mil fallecimientos en Francia. Los meteorólogos han remarcado que el calentamiento global no se manifestará simplemente en un aumento gradual de la temperatura media; además de ello, se esperan cambios climáticos extremos con mayor frecuencia e intensidad, tales como olas de calor, sequías, inundaciones y tormentas. Estos fenómenos se han cobrado millones de vidas en los últimos veinte años, afectaron la vida de muchos otros, y todo indica que esta situación se irá incrementando. Por ejemplo, el huracán Mitch, el más mortal de los que han golpeado el hemisferio occidental en los dos últimos siglos, causó once mil muertos y miles de desaparecidos en Centroamérica.

Hambruna: Estudios recientes acerca de los efectos del cambio climático en la producción de alimentos muestran que los cultivos de cereales tienden a disminuir en los trópicos, por causa de las fluctuaciones extremas en el flujo de riegos. En concreto, preocupa que el cambio climático extienda la malnutrición en África, ya de por sí grave en muchas regiones. Las sequías conducen, además, a incendios forestales, que en algunos lugares –especialmente en Malasia y el Brasil– han sido asociados con un progresivo aumento de enfermedades respiratorias, problemas oculares, lesiones y muertes.

Pestes: El fenómeno de “El Niño” es el factor principal, en un corto plazo, de la variabilidad climática mundial (sin contar las estacionales). Estos cambios climáticos han tenido un profundo impacto en la salud. Muestra de ello es el resurgimiento de las epidemias de malaria en zonas de Latinoamérica y el sudeste asiático, al igual que los brotes de cólera, infecciones por hantavirus o fiebre del Valle del Rift.
De hecho, muchos meteorólogos creen que el calentamiento global puede aumentar la frecuencia y la intensidad de enfermedades y pestes que se creían ya superadas.

“Os lo he dicho antes”

Para un libro como la Biblia, que mira el futuro desde una posición privilegiada, estos datos no son nuevos. De hecho, Jesús mismo predijo las condiciones que reinarían en el mundo natural: “[...] y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares” (S. Mateo 24:7); “[...] y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares habrá hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales en el cielo” (S. Lucas 21:11).

Jesús respondió con estas profecías a la pregunta directa de sus discípulos: “¿Qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?” (S. Mateo 24:3). De acuerdo con los versículos anteriores, Jesús anunció que, entre las condiciones previas a su segunda venida, se encontrarían los desastres naturales, que irían en marcado aumento. Así, el capítulo 24 del Evangelio según San Mateo menciona que otras señales, más allá de las correspondientes al mundo natural, anunciarían su segunda venida: en el ámbito político (“se levantará nación contra nación y reino contra reino”), en el ámbito social (“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”) y en
el ámbito religioso (“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas”).

Cualquiera que haga un análisis serio de las condiciones en las que se encuentra nuestra humanidad, estará de acuerdo en que estas señales se están cumpliendo ante nuestros ojos. ¿Cuál fue el objetivo de Jesús al dejarnos estas profecías? Él mismo lo dijo: “Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis” (S. Juan 14:29).

Lo que puede enseñarnos una higuera

Pero el objetivo de Jesús al dejarnos estas señales no fue sólo el de que creamos en él. Luego de anunciar las profecías que se debían cumplir antes de su segunda venida, Jesús les dijo a sus discípulos: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas” (S. Marcos 13:28, 29).

En los tiempos de Jesús, cuando escaseaban los calendarios, las personas se guiaban en cuanto a las estaciones por la naturaleza: si la higuera comenzaba a dar sus brotes, era un indicio de que estaban cerca del verano. En la actualidad, la naturaleza vuelve a constituir un signo de los tiempos. Las señales que Jesús anunció se están cumpliendo ante nuestros ojos; los mismos científicos lo dicen.

Sin embargo, el mundo no terminará tal como lo predicen muchos. La vida sobre este planeta no dejará de existir por causa de una era glacial que cubrirá de hielo la corteza terrestre. No; este mundo tiene un final mucho más prometedor. La Biblia menciona que Dios mismo bajará el telón de la historia humana tal como la conocemos. Será en ocasión de la segunda venida de Jesús, cuando vuelva a buscar a sus hijos para darles una Tierra Nueva, donde “no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor” (Apocalipsis 21:4).

Hoy, la naturaleza anuncia a gritos ese próximo acontecimiento. De ti depende estar preparado.

Mientras escribía un post especial para el "Blog Action Day 09 / Climate Change", recordé este articulo que había leído años atrás (2004) y expresaba lo que deseaba decir. Por lo tanto transcribo este buen articulo de Marcos Blanco. Blog Action Day es una iniciativa global, que año a año, los 15 de octubre procuramos concientizar desde nuestros blogs, sobre algún tema crucial -para el mundo- que hemos votado con meses de anterioridad. Este año ya se han adherido miles de bloggeros y blogs, desde el blog de la Casa Blanca hasta el nuestro. Editor


Fuente: Revista Adventista / Noviembre de 2004. p. 17-18
Autor: Marcos G. Blanco, es licenciado en Teología y redactor de la Asociación Casa Editora Sudamericana.

3 comentarios:

  1. Exelente es uno de los mejores articulos publicados, relcionando los acontesimientos terrenales con la bibli, casi no e encontrado articulos asi.

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  2. Muy buen artículo y la elección del mismo por parte de ojo adventista.

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  3. Mis queridos hermanos soy una hermana Adventista y si,es verdad,la llegada a la Tierra de Nuestro Señor Jesus, esta mas cerca de lo que uno puede creer.Por eso insito a mis hermanos a estar a cuentas con DIOS,y a las personas que no conocen,a Jesus que ojala lo puedan conocer muy pronto, antes de que las puertas de la Gracia,se cierren y sea demasiado tarde.Jesus nos ama a todos por igual y nos espera con los brazos abiertos,sin exepciones de persona.EL murio por ti y por mi en la Cruz del Calvario, y nos limpio de todos nuestros pecados,ahora es tiempo de que estemos con EL junto a EL DIOS LES BENDIGA y les guarde.

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