jueves, 22 de diciembre de 2011

El Pentágono espera crueles 'atentados' de la naturaleza

Tiempo para prepararse para el siguiente 09/11. La mayor amenaza para Estados Unidos no es el terrorismo. Es la ira de la madre naturaleza
Nuevos desastres comparables por sus efectos a los atentados del 11 de septiembre de 2011 castigarán en el futuro próximo a Estados Unidos, pero esta vez en forma de catástrofes naturales. Esta alarmante predicción fue hecha por Paus Stockton, secretario adjunto de Defensa Interior de EEUU.

El experto denomina este tipo de eventos 'catástrofes complejas' e indica que pueden tener efecto dominó y conllevar cambios políticos y sociales, informa la revista 'Newsweek' 1.

Stockton 2 intenta prever las formas de enfrentarse a este tipo de desastres, que pueden cambiar drásticamente las vidas de millones de estadounidenses. Sus modelos contemplan desastres que pueden matar a decenas de miles de personas, minar la economía nacional y abrir una enorme brecha en la seguridad nacional. Y el 'terrorista' responsable de todas estas atrocidades podría ser la Naturaleza.

Los expertos no dudan de que siniestros más devastadores que el huracán Katrina se producirán sin falta. El calentamiento global y la elevación del nivel del océano mundial ya generan huracanes más potentes y tormentas más peligrosas. Lo peor es que las regiones que son vulnerables a estos desastres naturales están densamente pobladas debido a la migración a las grandes ciudades situadas a las costas oceánicas, explican los especialistas.

Para el territorio de EEUU. existen predicciones aún más sombrías que el terremoto que se produjo en marzo en Japón y que provocó un tsunami y la avería de una planta nuclear.

Hace cien años se registró una serie de grandes seísmos en la zona al norte de la ciudad de Memphis, alrededor de New Madrid 3, estado de Missouri, que se sintieron hasta en la costa este del país. Sin embargo, el desastre no provocó numerosas víctimas porque en aquel entonces la zona estaba poco poblada. Los científicos estadounidenses han calculado que si un terremoto de 7,7 grados se produjera ahora en el mismo lugar, hasta 86.000 personas podrían resultar muertas o heridas, los daños económicos alcanzarían los 300.000 millones de dólares, resultarían afectadas 15 centrales nucleares y los trabajos de rescate requerirían 42.000 efectivos, lo que significa que haría falta emplear al Ejército.

Sin embargo, con toda la experiencia adquirida por los norteamericanos tras el 11-S y en las operaciones llevadas a cabo durante la última década, la actividad de los militares en Estados Unidos, incluso para salvar vidas, despertaría recelos, indica el autor del artículo.




Fuente: Actualidad.RT.com
Referencias: 1. Time to Brace for the Next 9/11. The biggest threat to America isn’t terrorism. It’s the wrath of Mother Nature. (Tiempo para prepararse para el siguiente 09/11. La mayor amenaza para Estados Unidos no es el terrorismo. Es la ira de la madre naturaleza) by Christopher Dickey / Newsweek (traducción google)
2. Entrevista a Paus Stockton

3.
New Madrid Seismic Zone / Wikipedia (traducción google)

Fotografía: 2011’s Most Expensive Disasters / The Daily Beast




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lunes, 12 de diciembre de 2011

Marchando hacia el precipicio. Por Noam Chomsky

Una tarea de la Convención Marco sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, que en la actualidad está teniendo lugar en Durban, Sudáfrica, es extender las decisiones políticas previas, limitadas en alcance y solamente parcialmente aplicadas.

Estas decisiones se remontan a la Convención de 1992 de la ONU y al Protocolo de Kyoto de 1997, al que Estados Unidos rehusó unirse. El primer periodo de compromiso del Protocolo de Kyoto termina en 2012. El ambiente más o menos general anterior a la conferencia fue capturado por The New York Times en un titular: "Asuntos urgentes, pero bajas expectativas". 1

Conforme los delegados se reúnen en Durban, un informe sobre un nuevo resumen actualizado de sondeos realizados por el Consejo de Relaciones Exteriores y el Programa sobre Actitudes Políticas Internacionales (PIPA, por sus siglas en inglés) revela que los públicos de todo el mundo y en Estados Unidos dicen que sus gobiernos deben dar a una prioridad más alta al calentamiento global y apoyan vigorosamente acciones multilaterales para atenderlo.

La mayoría de los ciudadanos estadounidenses está de acuerdo, aunque el PIPA aclara que el porcentaje “ha estado declinando durante los últimos años, de forma que la preocupación de Estados Unidos es significativamente más baja que el promedio mundial —79 por ciento, en comparación con 84 por ciento”.

Los estadounidenses no perciben que hay un consenso científico acerca de la necesidad de acción urgente sobre el cambio climático... Una gran mayoría piensa que se verá afectada personalmente eventualmente por el cambio climático, pero sólo una minoría cree que está siendo afectada ahora, contrariamente a la opinión de la mayoría de los otros países. Los estadounidenses tienden a subestimar el nivel de preocupación entre otros estadounidenses.

Estas actitudes no son accidentales. En 2009 las industrias de energía, apoyadas por el cabildeo corporativo, lanzó varias grandes campañas que arrojan dudas sobre el casi unánime consenso de científicos sobre la severidad de la amenaza de calentamiento global inducido por los seres humanos.

El consenso es sólo casi unánime porque no incluye a los muchos expertos convencidos de que las advertencias acerca del calentamiento global no son suficientemente fuertes, y por el grupo marginal que niega por completo la validez de la amenaza.

La cobertura habitual de este problema, dijo, se basa en lo que es llamado mantener un balance: la abrumadora mayoría de los científicos en un lado, y los negadores en el otro. Los científicos que emiten las advertencias más sombrías son ignorados en su mayor parte.

Un efecto de esto es que escasamente una tercera parte de la población de EEUU cree que existe un consenso científico sobre la amenaza del calentamiento global, mucho menos que el promedio mundial, y radicalmente inconsistente con los hechos.

No es un secreto que el gobierno estadounidense está arrastrando los pies en cuanto a asuntos climáticos. Los públicos de todo el mundo han criticado en gran parte la forma en que Estados Unidos está manejando el problema del cambio climático, según el PIPA. En general, Estados Unidos ha sido ampliamente visto como el país que ha tenido el efecto más negativo sobre el ambiente del mundo, seguido por China. Alemania ha recibido las mejores calificaciones.

A veces es útil, para tener una perspectiva sobre lo que está ocurriendo en el mundo, adoptar la posición de observadores extraterrestres inteligentes que contemplan las extrañas ocurrencias en la Tierra. Observarían, asombrados, que el país más rico y poderoso en la historia del planeta ahora encabeza a los lemmings2 en su alegre avance hacia el precipicio.

El mes pasado, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), formada en 1974 a instancias del secretario estadounidense de Estado Henry Kissinger, emitió su informe más reciente sobre el acelerado incremento de las emisiones de carbono provenientes del uso de combustible fósil.

LA AIEA calculó que si el mundo sigue avanzando por su ruta actual, el presupuesto de carbono se habrá agotado para 2017. El presupuesto es la cantidad de emisiones que puede mantener el calentamiento global en un nivel de 2 grados Celsius, considerado el límite de seguridad.

El economista en jefe de la AIEA, Fatih Birol, dijo: La puerta se está cerrando... Si no cambiamos la dirección ahora en cuanto a cómo usamos la energía, terminaremos más allá de lo que los científicos nos han dicho que es el mínimo (para seguridad). La puerta se habrá cerrado para siempre.

También el mes pasado, el Departamento de Energía estadounidense informó acerca de las cifras de emisiones para 2010. Las emisiones aumentaron en la mayor cantidad registrada hasta ahora, citó la Associated Press, lo que significa que los niveles de gases de invernadero son más elevados que el peor de los escenarios posibles anticipados por el Panel Internacional sobre Cambio Climático en 2007.

John Reilly, codirector del Programa sobre Cambio Climático del Instituto de Tecnología (IPCC, por sus siglas en inglés) de Massachusetts, dijo a la AP que los científicos han considerado, en general, que las predicciones del IPCC pecan de conservadoras –a diferencia del pequeño grupo que negadores que atraen la atención pública. Reilly informó que el escenario del peor de los casos estaba aproximadamente a la mitad de los cálculos de posibles resultados dados a conocer por científicos del MIT.

A medida que estos ominosos informes eran dados a conocer, el diario Financial Times dedicó en una plana entera a las optimistas expectativas de que Estados Unidos podría llegar a ser independiente en cuanto a energía durante un siglo con la nueva tecnología para la extracción de combustibles fósiles norteamericanos.

Aunque las proyecciones son inciertas, informa el Financial Times, Estados Unidos podría pasar de un salto sobre Arabia Saudita y Rusia para convertirse en el mayor productor del mundo de hidrocarburos líquidos, contando tanto el petróleo crudo como los líquidos ligeros de gas natural.

De ocurrir este feliz suceso, Estados Unidos podría esperar conservar su hegemonía mundial. Más allá de algunos comentarios sobre el impacto ecológico a escala local, el Financial Times nada dijo acerca de qué tipo de mundo emergería de esas emocionantes perspectivas. La energía es para quemarse, y que se lleve el diablo al ambiente global.

Prácticamente todos los gobiernos están dando al menos pasos vacilantes para hacer algo acerca de la catástrofe que se avecina. Estados Unidos está la cabeza en esto –al revés. La Cámara de Representantes de Estados Unidos, dominada por los republicanos, ahora está desmantelando las medidas ambientales introducidas por Richard Nixon, que en muchos aspectos fue el último presidente liberal.

Este comportamiento reaccionario es una de muchas señales de la crisis de la democracia estadounidense durante la generación pasada. La brecha entre la opinión pública y la política pública ha crecido hasta convertirse en un abismo en asuntos centrales del debate político actual, como el del déficit y los empleos. Sin embargo, gracias a la ofensiva propagandística, la brecha es menos de lo que debiera ser en el asunto más serio de la agenda internacional hoy en día –y posiblemente en la historia.

Se puede perdonar a los hipotéticos observadores extraterrestres si llegan a la conclusión de que al parecer estamos infectados por algún tipo de locura letal.






Fuente: Jornada.unam.mx
Autor: Noam Chomsky (Filadelfia, Estados Unidos,1928-) es un lingüista, filósofo y activista estadounidense. Es profesor emérito de Lingüística en el MIT y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX, gracias a sus trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva. A lo largo de su vida, ha ganado popularidad también por su activismo político, caracterizado por una visión fuertemente crítica de las sociedades capitalistas y socialistas, habiéndose definido políticamente a sí mismo como un anarquista o socialista libertario. Su libro mas reciente “9-11: Was There an Alternative?”
Referencias: 1. At Meeting on Climate Change, Urgent Issues but Low Expectations / New York Times 2. Leminos (Lemmini)





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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Nos quedamos sin Ártico

Los científicos advierten de que el volumen de hielo ha caído un 60% desde 2002 en el mar del extremo Norte - El cambio climático amenaza al ecosistema
El hielo del Ártico es cada vez más delgado y su extensión, menor. A finales de este verano la capa marina congelada cubría 4,34 millones de kilómetros cuadrados, una superficie que se quedó muy cerca del récord histórico de mínimos, el de 2007. Pero los científicos sospechan que, en realidad, se superó esa marca, que la situación fue peor que hace cuatro años por cantidad total de hielo, ya que ahora es más delgado. "Lo que estamos viendo es que, en 10 años, entre 2002 y 2011, es mucho mayor la reducción de volumen, un 60%, que la de extensión, un 30%", explica Ed Ross, físico de la empresa ASL Enviromental Sciences y de la Universidad de Victoria (Canadá). ¿La causa? No hay que buscar muy lejos: el calentamiento global. "En 20 años el incremento de temperatura registrado, por ejemplo, en la bahía de Hudson, es siete veces superior a la media del planeta; es algo que se aprecia a simple vista", afirma Vincent Warwick, director del Centro de Estudios Nórdicos (CEN), en Quebec.

Pero la pérdida de hielo en el océano del norte es más compleja que la reducción de su tamaño. "El que se está perdiendo es sobre todo el hielo viejo, y se forma el de un año, que es más frágil", explica Frederic Lasserre, investigador del CEN. Y esto tiene que ver con el adelgazamiento progresivo de la capa congelada, "porque el hielo viejo puede llegar a tener ocho o nueve metros de grosor, y el nuevo, unos tres", añade.

El hielo tiene unas propiedades muy interesantes, señalaba el físico Bruce Parsons (Instituto de Tecnología Oceánica, Canadá) en el congreso Ocean Innovation 2011, celebrado en pleno Ártico, en Iqaluit. "Al congelarse pierde densidad y flota (si no, el mar estaría congelado hasta el fondo) y es muy duro, buen aislante y muy quebradizo".

Para conocer su extensión total los satélites son óptimos, pero medir el grosor es complicado, explica Ross. La perforación es precisa, pero tiene la limitación de ser puntual. "Lo común ha sido medir cómo es de grueso el hielo del océano Ártico con sónar desde submarinos que navegan constantemente por debajo", añade este especialista. "También se pueden aplicar métodos electromagnéticos desde helicópteros y, desde satélites, láser, radar y altímetros para determinar el volumen de hielo que sobresale del agua". Así, poco a poco, los científicos van conociendo muy bien al menos algunas regiones árticas, aunque, dicen, queda mucho por hacer para saber del conjunto.

El efecto del calentamiento no es menor en tierra, donde el permafrost (terreno congelado) es muy sensible. "En 1987, empezamos a realizar perforaciones en el permafrost en unos 50 lugares [en territorio del extremo norte]", explica Michel Allard (de la Universidad Laval, de Quebec). "Hemos constatado que la temperatura está incrementándose y, en las zonas en las que hay deshielo superficial del terreno en verano, esa capa es cada vez más profunda". Desde 1992, en la península de Quebec, que hasta entonces era una de las más estables del planeta, se registra una de las tasas de calentamiento más altas de la Tierra.

Una consecuencia es que proliferan los arbustos. "Esto tiene un efecto de retroalimentación positiva del calentamiento", explica Allard, porque el terreno con esta vegetación absorbe más radiación solar que la superficie helada, con lo que se refuerza la subida de la temperatura. Los arbustos, además, retienen más nieve y aumentan su efecto aislante, impidiendo que se congele el suelo en muchas zonas que van colonizando los arbustos, con lo que se extiende esta vegetación.

El CEN tiene en el Ártico, en el Noroeste canadiense, 80 bases científicas. La más septentrional está en Ward Hunt, el extremo del continente americano, señala Émilie Saulnier-Talbot, científica del centro, durante una visita organizada por el Gobierno canadiense. La base más meridional está en la bahía de Hudson, en lo que ellos llaman el final de la carretera. A partir de ahí, hay 3.000 kilómetros de Ártico hasta Ward Hunt y solo se puede viajar por aire, o por mar en verano.

La acelerada pérdida del permafrost influye, por ejemplo, en el mayor riesgo y coste de las infraestructuras y edificios, que se quedan en suelo inestable. Pero no solo. "Cuando se derrite el permafrost se forman lagos y prolifera en ellos actividad microbiana", concreta otra científica del CEN, Isabelle Laurión. Y esos lugares pasan de ser sumideros de carbono atrapado a emisores activos de gases de efecto invernadero liberados por la actividad de plantas y microorganismos. "Los parches de agua en el hielo están aumentando y estos fenómenos poco conocidos pueden esconder un efecto grande de aceleración del cambio climático", advierte Laurión. "El calentamiento es muy intenso en los polos y los cambios pueden ser drásticos", asevera.

Sin duda los ecosistemas reaccionan ante las condiciones climáticas cambiantes y el científico Luis Fortier pone varios ejemplos, desde los osos polares y las morsas, hasta el zooplancton marino, pasando por las focas. En Canadá hay unos 20.000 osos blancos en 12 poblaciones, dice. "Cada hembra necesita comer entre 50 y 55 focas (phoca hispida) al año para no pasar hambre y poder reproducirse", y esas focas se reproducen en el hielo, que cada vez es menos extenso. "Esto supone un serio riesgo para los osos". También las morsas afrontan problemas al retraerse la capa helada porque están encima de las plataformas en aguas someras y se alimentan de animales del fondo, que resultan más inaccesibles si la placa helada se aleja de la orilla, apunta Warwick.

Con menos hielo hay más luz en el agua y, por tanto, mayor actividad fotosintética y más comida, en general, para todo el ecosistema marino, continúa Fortier. Esto afecta al zooplancton y, por la cadena alimenticia, a numerosos animales, incluido el bacalao ártico y la foca que se lo come. "Habrá un reemplazo de las especies árticas por las más generalistas. En 50 años habrá cambiado todo el ecosistema. Esto será en un tiempo más parecido al norte del Atlántico y del Pacífico", advierte. "Poco a poco nos vamos quedando sin Ártico", sentencia Warwick.





Fuente: ElPais.com
Autor: Alicia Rivera / Iqaluit
Fotografía: Un Inuksuk de Iqaluit / Canadá. Símbolo del Ocean Innovation 2011






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martes, 25 de octubre de 2011

El calentamiento global es confirmado por un estudio financiado por escépticos

La superficie del planeta realmente se está calentando, concluyó un estudio independiente en Estados Unidos.



La investigación, denominada Proyecto Berkeley (Berkeley Earth Surface Temperature / BEST), fue comisionada luego del escándalo conocido como "Climategate" en 2009, cuando se publicaron en internet correos electrónicos de científicos de la Universidad de East Anglia, en Inglaterra.

Los correos fueron utilizados por sectores críticos para afirmar que las advertencias sobre el calentamiento global eran exageradas.

El Proyecto Berkeley, que utiliza nuevos métodos y nuevos datos, encontró el mismo patrón de aumento de temperaturas divulgado en el pasado por la NASA y la Oficina Meteorológica del Reino Unido.

Es significativo que la nueva investigación recibió fondos de fuentes que respaldan organizaciones escépticas del cambio climático.


"Datos compartidos"

Los investigadores también hallaron evidencias de que el cambio de temperaturas en el Atlántico Norte podría ser una de las causas de fluctuaciones anuales en la temperatura promedio del planeta.

El proyecto fue creado por Richard Muller, profesor de física de la Universidad de California. Muller estaba preocupado por las acusaciones de que expertos climáticos reconocidos no habían sido transparentes con sus datos.

El experto de la Universidad de California reunió un equipo de diez científicos, en su mayoría físicos, incluyendo luminarias como Saul Perlmutter, quien ganó este año el Premio Nobel de física por probar la aceleración de la expansión del universo.

El proyecto fue financiado, entre otras fuentes, por fundaciones mantenidas por los hermanos Koch.

Estos industrialistas millonarios de Estados Unidos hicieron en el pasado donaciones importantes a organizaciones que cuestionan intensamente que el calentamiento global sea producto de la acción humana.

"Me preocupó mucho la posibilidad de que científicos hubieran ocultado datos discordantes", dijo Muller a la BBC.

"La ciencia requiere que los datos sean compartidos y analizados abiertamente".


Islas de calor urbano

El grupo de Berkeley también examinó afirmaciones de blogeros escépticos, según los cuales los registros de estaciones meteorológicas no mostraban un patrón de calentamiento global.

Los blogeros señalan que esas estaciones se encuentran cerca de ciudades en crecimiento y que las mediciones estarían afectadas por el llamado "efecto de islas de calor urbano". Este fenómeno se refiere a las temperaturas relativamente más elevadas en ciudades, debido a que el asfalto, hormigón y otros materiales absorben calor.

Los científicos del grupo Berkeley encontraron cerca de 40.000 estaciones meteorológicas alrededor del mundo cuyos registros habían sido almacenados digitalmente y crearon un nuevo método para analizar estos datos y determinar los cambios en la temperatura global desde 1800.

Lo que obtuvieron como resultado fue una gráfica extremadamente similar a la que habían publicado los tres grupos más importantes de investigación, cuyo trabajo había sido calificado de no confiable luego del escándalo de Climategate.

Dos de esos registros son mantenidos por organizaciones en Estados Unidos, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) y la NASA, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (GISS).

El tercer registro es una colaboración de la Oficina Meteorológica del Reino Unido (HadCRU), Met Office, y la Unidad de Estudios Climáticos del la Universidad de East Anglia.

"Lo que más nos sorprendió fue que los nuevos datos concordaran tanto con los valores publicados previamente por otros grupos en Estados Unidos y el Reino Unido", dijo Muller.

"Ello confirma que los estudios anteriores fueron realizados cuidadosamente y que la supuesta parcialidad de los científicos apuntada por los escépticos no afectó seriamente sus conclusiones".

Desde la década de 1950, la temperatura promedio en tierra (no oceánica) ha aumentado un grado centígrado, según los investigadores del grupo Berkeley.

También señalaron que si bien el "efecto de islas de calor" de los centros urbanos es real y comprobado, no afecta los datos registrados por la mayoría de las estaciones meteorológicas alrededor del mundo.

Los científicos agregaron que en Estados Unidos, estaciones de medición consideradas de alta calidad por la NOAA mostraron la misma tendencia.


"Hora de ofrecer disculpas"

Phil Jones, el científico de la Universidad de East Anglia que fue blanco de críticas durante Climategate, no se aventuró a interpretar los resultados del Proyecto Berkeley porque no han sido publicados aún en una revista especializada.

"Tengo mucho interés en leer el estudio", dijo Jones.

"Los datos iniciales son muy alentadores y hacen eco de la conclusión a la que ya habíamos llegado, en el sentido de que el impacto de las islas de calor urbanas sobre la temperatura global es mínimo".

Los investigadores del Proyecto Berkeley publicaron sus hallazgos inicialmente en su propio sitio en internet y están pidiendo comentarios de la comunidad científica antes de preparar sus manuscritos para una publicación formal.

Esto contradice las acusaciones formuladas durante Climategate de que los expertos en clima son un grupo cerrado que revisa sus propios informes para asegurar que sólo su opinión aparezca en las publicaciones especializadas.

Para Richard Muller, esta libre circulación marca un retorno a cómo debe realizarse la investigación científica.

"Es la forma en la que yo trabajé en ciencia durante décadas y la que todo el mundo ponía en práctica hasta que algunas revistas, especialmente Science y Nature, la prohibieron".

"No fue un cambio positivo y aún hay muchos campos que siguen utilizando el método tradicional".

Este método "wiki" o abierto es el que utilizan muchos expertos en física, el área de especialización de siete de los 10 integrantes del equipo de Berkeley.

Bob Ward, director de communicaciones del Instituto Grantham de Investigaciones sobre Cambio Climático y Medio Ambiente en Londres, señaló que el calentamiento de la superficie terrestre es inequívoco.

"Los llamados escépticos deberían ahora abandonar sus argumentos de que el aumento en la temperatura promedio global podría atribuirse al crecimiento urbano", dijo Ward a la BBC.

"El estudio también prueba cuán falsas eran las acusaciones de que los científicos de la Universidad de East Anglia habían manipulado la información".

"Es hora de que ofrezcan disculpas todos aquellos, incluyendo el aspirante a la candidatura republicana Rick Perry, que hicieron afirmaciones falsas señalando que las pruebas del calentamiento global habían sido falsificadas por los científicos".


Corrientes oceánicas

El grupo de Berkeley sí llega a conclusiones diferentes a las tradicionales en lo relacionado con la variabilidad de temperaturas globales a corto plazo.

Generalmente se considera que el fenómeno conocido como Oscilación del Sur/El Niño, El Nino Southern Oscillation (ENSO), es la razón principal de las variaciones interanuales.

Pero según el análisis del grupo de Berkeley, la temperatura global tiene una correlación más estrecha con el índice de la Oscilación Multidecadal Atlántica, Atlantic Multidecadal Oscillation (AMO), una medida de la temperatura superficial del océano en el Atlántico norte.

Algunas teorías sugieren a su vez que el índice AMO depende de fluctuaciones en la corriente del Golfo.

Los científicos señalan que valdría la pena investigar si los ciclos AMO a largo plazo, que se cree duran entre 65 y 70 años, podrían jugar un papel en el aumento, caída y aumento posterior de las temperaturas globales en el Siglo XX.

Sin embargo, los investigadores enfatizan que el calentamiento global por causas relacionadas con la acción humana sigue siendo un factor clave.

"Si no hubiéramos encontrado ningún aumento de temperaturas globales habríamos rechazado la posibilidad de un calentamiento antropogénico", dijo Muller.

"Si el aumento hubiera sido la mitad de lo hallado, las estimaciones anteriores habrían sido exageradas. Si hubiera sido mayor, los datos anteriores habrían sido muy bajos".

"Pero no fue el caso. Las estimaciones previas fueron confirmadas”.

El equipo de Berkeley planea ahora investigar la temperatura de los océanos, para formular tendencias que sean verdaderamente globales.





Fuente: BBC Mundo
Autor: Richard Black
Vínculos externos:
Berkeley Earth Surface Temperature / webpage
Berkeley Earth Surface Temperature / Wikipedia.org






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martes, 11 de octubre de 2011

Los desastres naturales mas caros de la historia son los de 2011

• Los desastres naturales de 2011 han provocado pérdidas por valor de 190.000 millones
Los desastres naturales sucedidos durante 2011 han provocado pérdidas acumuladas por valor de 190.000 millones de euros, según ha recordado Intervida con motivo este miércoles del Día Internacional para la Reducción de Desastres Naturales.

Por ello, la ONG ha señalado que Filipinas es uno de los países más afectados por este tipo de sucesos, y entre 1990 y 2009 casi el 30% de los desastres naturales ocurridos en el sureste de Asia se han localizado allí.

Intervida Filipinas lleva a cabo programas de cooperación en 222 escuelas situadas en 16 municipios de las provincias de Camarines Sur, Albay y Sorsogon, de los que se benefician 70.000 niños.*


• La preparación es clave para minimizar daño
Día Internacional para la Reducción de Desastres Naturales de Naciones Unidas

En lo que llevamos de año las consecuencias de los desastres naturales en todo el mundo han supuesto un coste de 190.000 millones de euros, lo que supone un récord en pérdidas provocadas por este tipo de fenómenos. Tsunamis, terremotos o tormentas tropicales (tifón, huracán o ciclón, según la zona), entre otros, se convierten en desastres cuando superan un límite de normalidad, como ocurrió con Filipinas hace apenas dos meses. Juaning, conocido internacionalmente como Nok-Ten, una tormenta tropical que se convirtió en tifón, afectó a más de un millón de personas en el archipiélago filipino.

Mañana 12 de octubre es el Día Internacional para la Reducción de Desastres Naturales de Naciones Unidas quien apunta que la única vía para atenuar el desastre es la preparación. En este día hay que poner la mirada en Filipinas, pues entre 1990 y 2009 casi el 30% de los desastres naturales ocurridos en el sudeste de Asia se produjeron en este país, según datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA). Por su situación y demografía, es un continuo escenario de erupciones volcánicas, tifones, maremotos, inundaciones y deslizamientos de tierra, entre otros, que conllevan graves consecuencias. Pero los fenómenos naturales no tienen por qué convertirse en desastres si la población y su entorno están preparados para ellos.

Bajo esta premisa, llevamos a cabo un trabajo de cooperación con las comunidades de la zona de Legazpi para mitigar los efectos de la meteorología cuando les sea adversa. Os invitamos a verlo.


1/2. Documental Intervida "Trabajando para 0 víctimas"


2/2. Documental Intervida "Trabajando para 0 víctimas"

Tras el paso de Juaning, se ha llevado a cabo la rehabilitación de centros escolares y de salud, así como el reparto de semillas y de recuperación de los daños causados. Además, se ha distribuido agua, alimentos y medicamentos para paliar las carencias básicas de alrededor de 2.500 personas, un cuarto de ellas niños y niñas.

Superada la fase de emergencia, y después del contratiempo que supuso hace dos semanas la retirada de todo el personal de Intervida Filipinas por una nueva alerta de desastre natural, todos los esfuerzos están puestos en la rehabilitación y reconstrucción a medio plazo, así como en la prevención, capacitación y elaboración del protocolo de actuación en caso de desastres naturales. La formación ante los desastres beneficiará a casi cien mil personas.**




* Fuente: Europapress.es
**Fuente: Intervida.org
Autor: Ruth Mellado






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martes, 30 de agosto de 2011

Huracán Irene: 44 muertos, inundaciones y pérdidas por US$ 7 mil millones

Mientras Nueva York vuelve a la normalidad, Vermont lidia con las peores anegaciones en un siglo. Cinco millones de hogares en los EEUU siguen sin energía tras el paso del huracánLa verdadera magnitud de la furia del huracán Irene comenzó a surgir el lunes, cuando la cifra de víctimas fatales aumentó a 44, varias poblaciones de Nueva Inglaterra padecían inundaciones tremendas y millones de personas estaban frente a la perspectiva descorazonadora de varios días sin electricidad en pleno verano.

Del estado de Carolina del Norte -en el centro de la costa oriental de Estados Unidos- a Maine -en el extremo nororiental-, los habitantes de numerosas comunidades hicieron trabajos de limpieza y empezaron a calcular los daños disparejos y difíciles de cuantificar. El meteoro no dejó un escenario de pesadilla en la ciudad más grande del país, pero le asestó un duro golpe a poblaciones tierra adentro.

En la ciudad de Nueva York, donde la gente temía un desastre peliculesco con el agua corriendo entre los rascacielos, el metro y los autobuses volvieron a circular por la mañana del lunes con normalidad y oportunidad para los pasajeros. Para sorpresa de los neoyorquinos, la situación transcurrió con cierta tranquilidad.

Pero hacia el norte, el estado mediterráneo de Vermont tuvo que lidiar con lo que su gobernador calificó como las peores inundaciones en un siglo. Los torrentes también fueron intensos en la zona rural norteña del estado de Nueva York.

En muchos casos, el momento de máximo peligro llegó después que la tormenta había pasado, cuando el agua de las lluvias llegó a ríos y arroyos y los convirtió en torrentes. Irene dejó caer 28 centímetros de agua sobre Vermont y más de 33 centímetros en algunas partes de Nueva York.

"Esperábamos lluvias intensas", comentó Bobbi-Jean Jeun, del caserío de Clarksville, en las inmediaciones de la ciudad de Albany, en Nueva York. "Esperábamos inundaciones. Parece que alguien desactivó una bomba".

Al menos 44 víctimas fatales

Irene causó la muerte de al menos cinco personas en la República Dominicana y Haití. La primera muerte conocida fue el caso de una mujer que intentó cruzar un río crecido en el territorio estadounidense de Puerto Rico.

La cifra de muertes en 11 estados orientales de Estados Unidos había permanecido en 21 hasta la noche del domingo, pero luego se elevó drásticamente a 38 por el rescate de cadáveres de ahogados en lugares anegados y de personas golpeadas por árboles caídos o electrocutadas por cables derribados.

Una persona que conducía un vehículo desapareció cuando un camino se derrumbó y se tragó a dos automóviles en un punto ubicado a unos 100 kilómetros al noreste de la ciudad canadiense de Montreal.

Daños al por mayor

El recuento de la destrucción provocada por Irene también aumentó. Una casa al parecer vacía explotó la madrugada del lunes en una zona inundada que fue desalojada en la ciudad de Pompton Lakes, en Nueva Jersey. Los bomberos tuvieron que sofocar las llamas desde una barca.

En el suburbio de Guilderland, en la localidad de Albany, en Nueva York, la policía rescató el lunes a dos personas luego de que su vehículo fue arrastrado por las aguas. La policía los encontró tres horas después aferrados a un árbol en un arroyo crecido.

"Va a tomar tiempo recuperarse de una tormenta de esta magnitud", declaró el presidente Barack Obama, y ofreció que el gobierno haga todo lo que esté a su alcance para ayudar a la gente a superar el problema.

Según la firma de valuación de daños Eqecat, el huracán habría causado perjuicios por unos 7.000 millones de dólares.

Para numerosas personas, las secuelas podrían resultar más dolorosas que el meteoro mismo. En Carolina del Norte, donde Irene pegó el sábado para luego seguir hacia Nueva York y Nueva Inglaterra, unas 1.000 personas continuaban en albergues esperando noticias de sus casas.

Al mismo tiempo, casi cinco millones de hogares y negocios de una docena de estados se quedaron sin electricidad. Las empresas eléctricas advirtieron que el sistema se normalizaría en al menos una semana.

"Cuando el refrigerador se calienta, mi insulina se descompone. Yo podría caer en choque diabético. Esto es algo espantoso porque no sabemos cuánto tiempo va a seguir así", lamentó Patricia Dillon, una mujer con parálisis parcial que vive en una casa para discapacitados en Milford, Connecticut, donde el servicio eléctrico falló y un generador se averió. Con la voz quebrada, añadió, "estoy muy cansada, estresada, exasperada, asustada".

Al avanzar hacia el oriente de Canadá, Irene presentaba vientos fuertes y rachas de casi 90 kilómetros por hora a su paso por zonas de New Brunswick en el sur, Nueva Escocia en el norte y la isla Prince Edward.



Fuente: Infobae.com / AP




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miércoles, 10 de agosto de 2011

De Hiroshima a Fukushima, la tragedia de la energía nuclear

En 1945 EEUU lanzó las dos primeras bombas atómicas contra Hiroshima y Nagasaki. A estas dos fechas de duelo se suma ahora el 11 de marzo, cuando un sismo y un tsunami destruyeron la central de Fukushima.
No hay ciertamente relación entre un país arrasado, con centenares de miles de muertos desintegrados de un golpe y otros que sufrirían por el resto de su vida, y un desastre nuclear del cual sólo se pueden entrever sus dramáticas consecuencias pero que, por el momento, está circunscrito a una sola región.

Los testimonios de los sobrevivientes de Hiroshima durante las ceremonias de homenaje a las víctimas han tenido este año un carácter aún más desgarrador. ¿Cómo es que un Estado cuyo pueblo conoció en carne propia el horror del fuego nuclear, ha podido ser tan descuidado ante los riesgos que supone el átomo, más aún en un país sometido a las fuerzas de la naturaleza?

Junto a los testimonios, a las revelaciones y las opiniones de expertos mantenidos durante mucho tiempo en el ostracismo por el lobby nuclear e ignorados por los medios, los japoneses comienzan a entrever el trasfondo de la catástrofe de la cual cada día se va conociendo un poco más. Están tomando conciencia de la culpable “apuesta” de sus élites que minimizaron el riesgo. Más allá de los problemas de una buena administración del operador de la central, Tokyo Electric Power Co (Tepco), y del debate “a favor o en contra de lo nuclear” se plantea el tema de un Estado que no supo proteger a la nación y de los legisladores que han traicionado las expectativas legítimas de seguridad de quienes ellos representan.

Cinco meses después del accidente que está lejos de ser controlado, se busca en vano a los responsables de un desastre en cual se mezclan una insuficiente precaución, simulaciones, falsificaciones de documentos, mentiras y manipulación de la opinión pública.

“Es peor que en Chernobyl, nadie asuma la responsabilidad”, afirma Kenzaburo Oe, premio Nobel de Literatura. “La negligencia se disuelve en una nebulosa de colusión entre administración, operadores, fabricantes de reactores y grandes medios de prensa que transmiten las afirmaciones de los expertos de lo que aquí se llama la “aldea nuclear”.

La catástrofe de Fukushima ha abierto una crisis de confianza que toca a las instituciones: una burocracia que, desde la restauración de la dinastía Meiji (finales del siglo XIX, época de la entrada en la era moderna), ha administrado el país no sin una morgue, relegando la política a un segundo plano. No hay que negar su éxito.

El “triángulo de hierro” (administración, política y empresarios) ha hecho de Japón una de las potencias económicas del mundo.

Pero no “sin fisuras”, como lo demuestran las enfermedades por la contaminación en 1960-1970, entre ellas la de Minamata (contaminación por el mercurio orgánico derramado en el mar por una fábrica química), con millares de muertos y de afectados de por vida. Ya entonces, el Estado no defendió a sus ciudadanos: fueron las víctimas las que lucharon durante años para que finalmente se dejara de negar la relación entre la contaminación y la enfermedad.

A 66 años de Hiroshima y Nagasaki, Japón ha sido de nuevo víctima del átomo. Pero, esta vez, él es responsable del desastre. Y este año, el Congreso de Japón contra la Bomba Atómica (Gensuikin), el más importante movimiento antinuclear del Archipiélago creado en 1965, añadirá a su eslogan No more Hiroshima! No more Nagasaki!”. un “No more Fukushima !”. (¡No más Hiroshima! ¡No más Nagasaki! ¡No más Fukushima!)

Japón demostró en el pasado su capacidad de reinventarse. Y éste será sin duda de nuevo el caso. Pero, esta vez, tendrá que haber un nuevo contrato social entre el Estado y la nación.


• Hiroshima y Nagasaki: El genocidio nuclear.



Fuente: Le Monde / D'Hiroshima à Fukushima, la tragédie du nucléaire
Autor: Philippe Pons, corresponsal de Le Monde en Tokyo, Japon.
Traducción: Milenio.com






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jueves, 30 de junio de 2011

Fukushima: es mucho peor de lo que se imagina

Científicos expertos creen que el desastre nuclear de Japón es mucho peor de lo que los gobiernos revelan al público"Fukushima es la peor catástrofe industrial de la historia de la humanidad”, dijo a Al Jazeera, Arnold Gundersen ex vicepresidente de la industria nuclear.

El terremoto de 9 grados de Japón del 11 de marzo causó un inmenso tsunami que inhabilitó los sistemas de enfriamiento de la planta nuclear de Tokyo Electric Power Company (TEPCO) en Fukushima, Japón. También causó explosiones de hidrógeno y fusiones de reactores que obligaron a evacuar a los residentes en un radio de 20 km de la planta.

Gundersen, operador licenciado de reactores con 39 años de experiencia en el diseño de plantas nucleares y en la administración y coordinación de proyectos en 70 plantas de energía nuclear en todo EE.UU. dice que la planta nuclear de Fukushima tiene probablemente más núcleos de reactores expuestos de lo que se cree comúnmente.

“Fukushima tiene tres reactores nucleares expuestos y cuatro núcleos de combustible expuestos”, dijo, “Probablemente hay el equivalente a 20 núcleos de reactores nucleares debido a los núcleos de combustible, todos necesitan desesperdamente que los enfríen y no hay medios para enfriarlos efectivamente”.

TEPCO ha estado rociando agua sobre varios de los reactores y núcleos de combustible, pero esto ha llevado a problemas aún mayores, como la radiación emitida al aire en el vapor y en agua de mar evaporada, así como la generación de cientos de miles de toneladas de agua de mar altamente radioactiva de la que hay que disponer.

“El problema es cómo mantenerlo frío”, dice Gundersen. “Están vertiendo agua y el problema es qué van a hacer con el desecho que sale de ese sistema, porque va a contener plutonio y uranio. ¿Dónde van a poner el agua?”

A pesar de que la planta se ha cerrado, los productos de fisión como uranio siguen generando calor, y por ello requiere enfriamiento.

“Ahora los combustibles sin una masa informe fundida en el fondo del reactor" agregó Gundersen. “TEPCO anunció que tuvieron un ‘melt through’, es decir una fusión en la que el combustible fundido pasa a través del fondo del reactor al medio ambiente. Una fusión del núcleo [meltdown] es cuando el combustible fundido cae al fondo del reactor, y un melt through significa que se ha fundido a través de varias capas. Esa masa informe es increíblemente radioactiva, y ahora hay agua sobre ella. El agua absorbe enormes cantidades de radiación, de modo que se agrega más agua y se generan cientos de miles de toneladas de agua fuertemente radioactiva”.

Científicos independientes han estado monitoreando la ubicación de lugares radioactivos peligrosos en todo Japón y sus resultados son desconcertantes.

“Tenemos 20 núcleos nucleares expuestos, los tanques de combustible tienen varios núcleos cada uno, es decir, un potencial que hay que liberar 20 veces mayor que el de Chernóbil”, dijo Gundersen. “Los datos que estoy viendo muestran que estamos encontrando lugares peligrosos más lejos que en el caso de Chernóbil, y la cantidad de radiación en muchos de ellos era la cantidad que llevó a que algunas áreas se declarasen tierra de nadie en Chernóbil. Vemos que se encuentran kilómetros cuadrados a 60 y 70 kilómetros del reactor. No se puede limpiar todo eso. Todavía hay jabalíes radioactivos en Alemania, 30 años después de Chernóbil.”

Monitores de radiación para niños

La Central de Reacción de Emergencia Nuclear de Japón terminó admitiendo a principios de este mes que los reactores 1, 2 y 3 de la planta de Fukushima sufrieron fusiones nucleares totales.

TEPCO anunció que el accidente probablemente liberó más material radioactivo al entorno que Chernóbil, convirtiéndolo en el peor accidente nuclear conocido.

Mientras tanto, un asesor de residuos nucleares del gobierno japonés informó de que es probable que cerca de 966 kilómetros cuadrados alrededor de la planta –un área aproximadamente 17 veces el tamaño de Manhattan– sean ahora inhabitables.

En EE.UU. la doctora Janette Sherman y el epidemiólogo Joseph Mangano publicaron un ensayo que señalaba un 35% de aumento en la mortalidad infantil en ciudades del noroeste [de EE.UU.] después de la fusión nuclear en Fukushima, y podría ser el resultado de lluvia radioactiva de la planta nuclear accidentada.

Las ocho ciudades incluidas en el informe son San Jose, Berkeley, San Francisco, Sacramento, Santa Cruz, Portland, Seattle y Boise, y el período considerado en el informe incluye las diez semanas inmediatamente posteriores al desastre.

Existe –y debe haber– preocupación sobre la exposición de gente joven, y el gobierno japonés va a entregar monitores de radiación a los niños”, dijo al doctor MV Ramana, físico del Programa sobre Ciencia y Seguridad Global en la Universidad de Princeton, especialista en temas de seguridad nuclear.

El doctor Ramana explicó que cree que la amenaza primordial de radiación sigue existiendo, sobre todo para residentes que viven en un radio de 50 km. alrededor de la planta, pero agregó: “Va a haber áreas fuera de la zona de evacuación obligatoria de 20 km del gobierno japonés en las que la radiación será mayor. De modo que eso podría significar que haya zonas de evacuación también en esas áreas”.

Gundersen señala que se liberó mucha más radiación de la que se ha declarado.

“Volvieron a calcular la cantidad de radiación liberada, pero las noticias no hablan realmente del tema”, dijo. “Los nuevos cálculos muestran que en la primera semana después del accidente, liberaron 2,3 veces tanta radiación como la que pensaron que habían liberado en los primeros 80 días”.

Según Gundersen, los reactores y núcleos de combustible expuestos siguen liberando micrones de isótopos de cesio, estroncio y plutonio. Los llaman “hot particles” (partículas peligrosas).

“Estamos descubriendo partículas peligrosas por doquier en Japón, incluso en Tokio” dijo.

“Los científicos las encuentran por todas partes. Durante los últimos 90 días esas partículas peligrosas han seguido cayendo y se están depositando en altas concentraciones. Mucha gente las recolecta en los filtros de aire de los motores de los coches.

Los filtros de aire radioactivos de coches en la prefectura Fukushima y Tokio son ahora comunes, y Gundersen dice que sus fuentes también encuentran filtros de aire radioactivos en la gran área de Seattle de EE.UU.

Las partículas peligrosas que contienen también pueden terminar provocando cáncer.

“Se fijan en los pulmones o en el tracto gastrointestinal y son un irritante constante”, explicó. “Un cigarrillo no te mata, pero con el tiempo lo hace. Estas [partículas peligrosas] pueden causar cáncer, pero no se pueden medir con un contador Geiger. Evidentemente la gente de Fukushima ha aspirado esas partículas en grandes cantidades. Evidentemente, hay gente en la Costa Oeste superior de EE.UU. que está siendo afectada. Esa área resultó bastante afectada en abril.

¿Culpar a EE.UU.?

Como reacción a la catástrofe de Fukushima, Alemania va a eliminar progresivamente todos sus reactores nucleares durante la próxima década. En un referendo de este lunes, un 95% de los italianos votó a favor de bloquear el renacimiento de la energía nuclear en su país. Un reciente sondeo de la prensa en Japón muestra que cerca de tres cuartos de los encuestados están a favor de una eliminación progresiva de la energía nuclear en su país.

¿Por qué no suenan las alarmas sobre la exposición a la radiación en EE.UU.?

El operador nuclear Exelon Corporation fue uno de los mayores donantes en la campaña electoral de Barack Obama y es uno de los mayores empleadores en Illinois donde Obama fue senador. Exelon ha donado hasta ahora más de 269.000 dólares a sus campañas políticas. Obama también nombró al presidente ejecutivo de Exelon, John Rowe, para su Comisión Cinta Azul sobre el Futuro Nuclear de EE.UU.

El doctor Shoji Sawada es un físico teórico de partículas y profesor emérito de la Universidad Nagoya en Japón. Le preocupan los modelos de plantas nucleares en su país, y el hecho de que la mayoría de ellas sea de diseño estadounidense.

“La mayoría de los reactores de Japón fueron diseñados por compañías a las que no les interesaba el efecto de terremotos”, dijo el doctor Sawada a Al Jazeera. “Pienso que este problema se aplica a todas las centrales de energía nuclear en todo Japón”.

El uso de energía nuclear para producir electricidad en Japón es un producto de la política nuclear de EE.UU. El doctor Sawada piensa que es una parte muy importante del problema.

“La mayoría de los científicos japoneses en aquella época, a mediados de los años cincuenta, consideraba que la tecnología de la energía nuclear estaba en desarrollo o no suficientemente establecida, y que era demasiado temprano para darle un uso práctico”, explicó. “El Consejo de Científicos de Japón recomendó al gobierno japonés que no utilizara todavía esa tecnología, pero el gobierno aceptó el uso de uranio enriquecido para alimentar centrales de energía nuclear, y por lo tanto se vio sometido a la política del gobierno de EE.UU.”

Cuando tenía 13 años, el doctor Sawada vivió el ataque nuclear de EE.UU. contra Japón desde su casa, situada a solo 1.400 metros del epicentro de la bomba de Hiroshima.

“Pienso que el accidente de Fukushima ha llevado al pueblo japonés a abandonar el mito de que las estaciones de energía nuclear son seguras”, dijo. “Ahora las opiniones del pueblo japonés han cambiado rápidamente. Mucho más de la mitad de la población cree que Japón debiera orientarse hacia la electricidad natural”.

Un problema de infinitas proporciones

El doctor Ramana espera que los reactores y los núcleos de combustible de la planta estén suficientemente fríos para un cierre dentro de dos años.

“Pero se necesitará mucho tiempo antes de que el combustible se pueda remover del reactor”, agregó. “No cabe duda de que habrá que encarar el problema de las grietas y del peligro en la estructura y de la radiación en el área durante varios años”.

El doctor Sawada no se expresa con tanta claridad sobre cuánto podría tardar un cierre frío, pero dijo que el problema serán “los efectos del cesio-137 que permanece en el suelo y el agua contaminada alrededor de la planta eléctrica y debajo. Encararlo tomará un año, o más".

Gundersen señaló que las unidades siguen emitiendo radiación.

“Todavía están emitiendo gases radioactivos y una cantidad enorme de líquido radioactivo”, dijo. “Pasará por lo menos un año antes de que deje de hervir, y hasta que deje de hervir estará produciendo vapor y líquidos radioactivos”.

Gundersen está preocupado por réplicas del terremoto, así como por el enfriamiento de dos de las unidades.

“La unidad cuatro es la más peligrosa, podría colapsar”, dijo. “Después del terremoto en Sumatra hubo una réplica de 8,6 unos 90 días después, de modo que todavía no estamos a salvo. Y estamos en una situación en la que si pasa algo no existe ciencia para eso, nadie ha imaginado jamás que haya combustible nuclear caliente fuera del tanque. No han encontrado una manera de enfriar las unidades tres y cuatro”.

La evaluación de Gundersen sobre una solución de esta crisis es sombría.

“Las unidades de uno a tres tienen desechos nucleares en el fondo, el núcleo fundido, y contienen plutonio que habrá que eliminar del entorno durante cientos de miles de años”, dijo. “Además, tendrán que entrar con robots y conseguir colocarlo en un contenedor para guardarlo infinitamente, y esa tecnología no existe. Nadie sabe cómo recoger el núcleo fundido del suelo, y no existe una solución actualmente para hacerlo”.

El doctor Sawada dice que la fisión nuclear genera materiales radioactivos para los que simplemente no existe el conocimiento necesario para informarnos sobre cómo disponer con seguridad del desecho radioactivo.

“Hasta que sepamos cómo disponer con seguridad de los materiales radioactivos generados por las plantas nucleares, deberíamos postergar esas actividades a fin de no causar más daño a futuras generaciones”, explicó. “Hacer otra cosa es simplemente un acto inmoral, y creo en eso tanto como científico y como superviviente del bombardeo atómico de Hiroshima”.

Gundersen cree que los expertos necesitarán por lo menos diez años para diseñar e implementar el plan.

“De modo que entre diez y 15 años, desde ahora, tal vez podamos decir que los reactores se han desmantelado, y mientras tanto se pondrá fin a la contaminación del agua”, dijo Gundersen. “Ya vemos estroncio [a] 250 veces los límites permisibles en el nivel acuífero en Fukushima. Los niveles acuíferos contaminados son increíblemente difíciles de limpiar. Por lo tanto pienso que tendremos un acuífero contaminado en el área de la planta de Fukushima durante mucho, mucho tiempo”.

Por desgracia, la historia de los desastres nucleares parece respaldar la evaluación de Gundersen.

“Con Three Mile Island y Chernóbil, y ahora con Fukushima, se puede precisar el día y la hora exacta en la que comenzaron”, dijo, “pero nunca terminan”.




Fuente: Al-Jazeera / Fukushima: It's much worse than you think
Autor: Dahr Jamail
Traduccion: Germán Leyens / Rebelion.org






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jueves, 16 de junio de 2011

El hombre que humilló a Chevron

El abogado ecuatoriano Pablo Fajardo logró contra el gigante petrolero la mayor indemnización de la historia por un atentado medioambiental
Cuando se licenció en Derecho, a los 32 años, el ecuatoriano Pablo Fajardo llevaba más de una década en los juzgados pleiteando contra una de las empresas más grandes del mundo. En 2005, se sentó en una sala de los juzgados de Nueva York, con una carpeta en la que llevaba la defensa de los pueblos indígenas que habitan la provincia amazónica de Sucumbíos. Frente a él, se sentaron ocho abogados en representación de la petrolera Chevron, demandada por verter lodos tóxicos sin control durante casi tres décadas. En total, se enfrentaba a 39 abogados pagados por la tercera empresa más grande de Estados Unidos. "El que menos, tenía 25 años de experiencia letrada", asegura Fajardo. Él, solo uno. "Pero yo tenía una ventaja", dice Fajardo. "No había que inventarse nada. Yo sólo tenía que contar una historia".

Es la historia de una catástrofe ecológica 30 veces mayor que la del vertido del petrolero Exxon Valdez, según los demandantes. También es la de una sentencia, dictada por un juez del pueblo de Lago Agrio, Ecuador, que fijó la indemnización más cuantiosa de la historia en una acción judicial por delito medioambiental: 8.560 millones de dólares. Entre medias, décadas de sufrimiento y muerte, en un lugar donde ya era suficiente sobrevivir a la miseria.

José Fajardo y María Mendoza dejaron la provincia de Manabí, en la costa de Ecuador, buscando un futuro en el noreste, donde una masiva actividad de extracción de petróleo atraía trabajadores. Se instalaron con sus 10 hijos a finales de los años ochenta en un pueblo llamado Shushufindi (remo, en idioma secoya), en la provincia de Sucumbíos, en plena Amazonia. Pablo Fajardo Mendoza era el quinto de los hermanos. Tenía 14 años.

Es difícil convencer a quien no haya estado allí nunca de que "había petróleo por todas partes". En el campo, mezclado con la tierra. En las casas, en el aire. Desde luego, en los caminos, porque según cuenta Fajardo los camiones de Texaco rociaban los caminos de tierra con petróleo, en una especie de asfaltado improvisado para que no se levantara polvo. Fajardo recuerda una juventud con los pies llenos de petróleo, los pantalones manchados, las paredes... todo. Es habitual perder el calzado por los caminos. Imagínese que sale a la calle después de haber caído un chaparrón y va en chancletas. Ahora imagínese que en vez de agua es petróleo. La vida aún es así en Sucumbíos.

356 pozos petroleros perforados

Según los datos de Fajardo, Texaco perforó 356 pozos de petróleo en la Amazonia ecuatoriana. "Pero además de esto, en cada pozo que perforaba construía cuatro o cinco piscinas para arrojar los desechos tóxicos". Ahí se almacenaba también el agua tóxica usada para extraer el petróleo. "La empresa siempre construía las piscinas de desechos lo más cerca posible a un río. La idea era deshacerse de ellos de una forma fácil y barata". Así, el problema del suelo se trasladó al agua. Esa agua llevaba azufre y otros tóxicos por su contacto con el petróleo. Al evaporarse, caía sobre la selva en forma de lluvia ácida. La tierra, el agua y el aire saben a petróleo.

Texaco, adquirida por Chevron en 2001, empezó a perforar el Amazonas del norte de Ecuador, en las provincias de Sucumbíos y Orellana, con una concesión del Gobierno en 1964. Salió de la zona en 1990 y dejó la explotación a Petroecuador. En aquella zona vivían al menos cinco tribus indígenas antes de que se llenara de trabajadores y de petróleo. Dos de ellas, Tetetes y Sansahuaris, han desaparecido para siempre. El envenenamiento de los ríos acabó con la pesca. El resto de las tribus pasaron de la economía de subsistencia en la selva a la miseria en la economía de mercado, trabajando para la petrolera.

Fajardo también trabajó para Texaco. No había mucho más. Era adolescente y trabajaba ayudando de peón en lo que salía, por ejemplo, tapar con tierra de cualquier manera un derrame de petróleo. Mientras, empezó a colaborar con una misión de religiosos capuchinos navarros, donde pudo estudiar y comenzó a ver qué era el "trabajo con las comunidades". "Al salir al campo te dabas cuenta de que el problema era real. Había contaminación, sus animales morían, sus hijos estaban enfermos, había cáncer, abortos... y la gente no tenía dónde recurrir". Recuerda que la única preocupación de las autoridades locales entonces era proteger a Texaco.

Alrededor de la misión de los padres capuchinos, puso en marcha el embrión de la resistencia, un comité de derechos humanos formado por campesinos e indígenas. Eran 50 personas organizadas por Fajardo. Tenía 16 años. Le echaron de la empresa petrolera y también de una palmicultora que era la única alternativa laboral. Acabó viviendo de su trabajo en la misión. "Los mismos curas me buscaron una beca, de una persona a la que no conozco, que financió mis estudios en la universidad". Estudió Derecho por correspondencia.

"Era una necesidad. Cada vez que recurríamos a una autoridad, nos decían 'busquen un abogado que los ayude". Decidió que él sería el abogado. El pequeño grupo creció con afectados de otros pueblos. El caso se hizo internacional con la publicación de un libro, Amazon Crude, de una abogada estadounidense llamada Judith Kimberling. Eso atrajo la atención necesaria para encontrar abogados que presentaran la primera demanda contra Texaco. Fue el 3 de noviembre de 1993, en un juzgado de Nueva York, por iniciativa de hasta tres abogados estadounidenses distintos atraídos por la historia. En 1994, el adolescente que había organizado a las comunidades afectadas terminó la enseñanza secundaria.

Juicio en Ecuador

La defensa de Texaco a partir de entonces se basó en decir que EE UU no era competente para juzgar el caso. De existir el daño, debía juzgarse en Ecuador. "Tenían influencia en el sistema político y judicial, estaban convencidos de que podrían controlar el juicio. Y de hecho era verdad". La sentencia tardó nueve años en llegar. Texaco ganó la batalla el 16 de agosto de 2002. La Corte de Apelaciones de Nueva York aceptó que el juicio se hiciera en Ecuador, con la condición de que se permitiera a los demandantes un año de plazo para rehacer su caso. La petrolera no tenía ni idea de lo que acababa de conseguir.

El 7 de mayo de 2003, dentro de plazo, se presentó de nuevo la demanda ante la Corte de Justicia de Sucumbíos. Pablo Fajardo colaboraba con los abogados estadounidenses y ecuatorianos que se habían hecho cargo de la causa. El quinto hijo de José Fajardo y María Mendoza se había graduado en Derecho en 2004. Al año siguiente, asumió el caso como abogado principal. La guerra de expertos y peritos llevó a hacer 106 informes periciales distintos, 58 de ellos financiados por Chevron, y el resto, de la otra parte. "Todos ellos demostraban la presencia de hidrocarburos".

Por entonces, todo este litigio lo estaba pagando un bufete de Filadelfia, Khon&Graf, para quien el caso de Texaco-Chevron era una inversión a riesgo. Es decir, si ganaban se llevaban parte de la indemnización, y si no, no cobraban. Basándose en un controvertido informe pericial, los afectados por el vertido reclamaban una indemnización de 27.300 millones de dólares, en la que estimaban el coste de las reparaciones por las muertes y las enfermedades más la limpieza completa de la zona.

"Hubo testimonios desgarradores. Conozco a gente que ha muerto durante el proceso. Por ejemplo, una mujer que tiene cáncer y su hija también. Todo era gente así, que lo había vivido". La gente contó ante el tribunal cómo sus familiares cayeron a los pozos tóxicos y murieron envenenados. "Una señora se cayó al intentar rescatar a su vaca, tragó petróleo y murió poco después". La incidencia del cáncer en la región es anormalmente elevada, según los denunciantes.

En 2004, ocho días antes de empezar la fase pericial del juicio, William Fajardo Mendoza, hermano de Pablo, fue hallado muerto. Tenía 28 años. Lo torturaron salvajemente antes de asesinarlo. "Yo no puedo afirmar que Chevron esté detrás", ha dicho siempre Pablo Fajardo, y lo mantiene. Por aquel entonces le advirtieron de que también lo buscaban a él. Lo comprobó una noche en que dos hombres armados hicieron guardia en la puerta de su casa, mientras él estaba escondido en la de unos vecinos. Tiene tres hijos, de 14, 7 y 3 años. Toda la familia se desperdigó por otros pueblos por seguridad.

Contaminación masiva de la altura de Chernóbil

Los demandantes que representa Fajardo (ya son un colectivo de 30.000 campesinos e indígenas) presentan el caso de contaminación masiva a la altura del de Chernóbil, el vertido del barco Exxon Valdez en Alaska o el reciente de BP en el Golfo de México. "La diferencia es que aquellos fueron accidentes. Pero en Ecuador, Texaco diseñó el sistema para contaminar. El objetivo era extraer petróleo con la menor inversión posible". Según uno de los peritos, en los 26 años que Chevron operó en Sucumbía se ahorró 8.500 millones de dólares incumpliendo las normas más elementales de seguridad y gestión de desechos.

Por la parte de Chevron, Fajardo ha escuchado en estos años todo tipo de argumentos. Entre otras cosas, dijeron que "el petróleo no contaminaba". También, "que la Amazonia era un terreno petrolero y que ahí no tenía por qué vivir nadie". En otro momento comentaron que "el cáncer se producía por la falta de higiene de los indígenas". También llegaron a decir "que el petróleo es biodegradable y a las pocas semanas no se notan sus efectos".

Lo último fue a partir de 2009. "Vieron que el juicio era una amenaza real". Presentaron 14 demandas distintas por todo Estados Unidos contra la plataforma de afectados y cualquiera que trabaje con ellos para exigir información. Y lo consiguieron. "Tienen todos nuestros correos electrónicos".

El 1 de febrero de 2010, Chevron planteó un caso de tipo RICO (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations), la ley federal especial de Estados Unidos para el crimen organizado. La nueva tesis de Chevron es que los demandantes forman parte de una asociación criminal cuyo negocio es extorsionar a la compañía. Mientras, un empleado de Chevron intentó, cuenta Fajardo, sobornar al juez y grabarlo con cámara oculta, para demostrar que es supuestamente corrupto.

El 14 de febrero se emitió la histórica sentencia en el tribunal de Lago Agrio que condenaba a Chevron-Texaco a pagar 8.560 millones de dólares. Pero la empresa no tiene bienes en Ecuador, por lo que hay que embargar en el extranjero. Sin embargo, un juez llamado Lewis Kaplan, del Distrito Sur de Nueva York, decretó que la sentencia era inejecutable en EE UU mientras él no decida de nuevo sobre la competencia de los tribunales. "Este juez no conoce el problema. Ha emitido fallos para mí antijurídicos y con una convicción económica y no jurídica", dice Fajardo. Ambas sentencias, en Lago Agrio y en Nueva York, están recurridas por ambas partes. Un bufete de Washington llamado Patton Boggs se ha hecho cargo del caso por la parte ecuatoriana.

"Chevron ha dicho que no va a pagar. Pero tiene inversiones en 50 países, y la sentencia de Ecuador dice que la indemnización se puede cobrar en cualquier parte, no tiene por qué ser en Estados Unidos. Tendremos que obligarle a pagar", dice Fajardo. Es decir, tendrán que presentar nuevas demandas allí donde Chevron tenga bienes para embargárselos en cumplimiento de la sentencia de Ecuador. El juez Kaplan ha dejado claro que, por ahora, en Estados Unidos no va a ser. "Este juez actúa desde la ignorancia del caso y guiado por las mentiras de Chevron", dice Fajardo.

La historia continúa

La historia no ha terminado. Durante estos años, entre 20 y 30 millones de dólares han sido invertidos en la demanda por parte sobre todo de abogados estadounidenses que se han ido relevando en el caso y de las donaciones de todo el mundo que reciben los demandantes. Fajardo asegura que han podido saber de "fuentes de los accionistas", que Chevron gastó 300 millones de dólares en abogados solo en 2010, y el total en este litigio ya ha superado los 1.000 millones.

El hijo de dos campesinos analfabetos de Ecuador tendrá que volver a sentarse muchas veces con su maletín delante de las decenas de abogados que Chevron quiera poner en el caso. Y seguirá escuchando que el petróleo no contamina, que el problema de los indígenas es que no se lavan, que él preside una organización criminal. Durante 18 años, y los que queden, Chevron ha utilizado todas las estrategias de defensa imaginables. Todas menos una. Nunca ha podido negar que la tierra, el agua y el aire de Sucumbíos están llenos de petróleo. Sigue allí.



► Cronología del 'caso Chevron' en Ecuador

1964-1967. La petrolera estadounidense Texaco comenzó a perforar en la provincia de Sucumbíos, al norte de Ecuador, cerca de la frontera con Colombia. En medio de la Amazonia, fueron perforados cientos de pozos, junto a los cuales se construyeron cientos de piscinas de residuos tóxicos al aire libre.

1990. Texaco abandona Ecuador tras caducar la concesión. La empresa Petroecuador se hace cargo de la producción de petróleo en Sucumbíos. Texaco deja el país sin dar una solución a los pozos tóxicos.

1993. Un grupo de habitantes de Sucumbíos, organizados en torno a una misión de religiosos capuchinos de Navarra, presenta la primera demanda contra Texaco en un juzgado de Nueva York. Argumentan que el elevado número de casos de cáncer en la región está provocado por la presencia de los tóxicos. El petróleo no sólo impregna cada rincón de la provincia, sino que los pozos desaguan ilegalmente sobre ríos que son el medio de vida de los indígenas. Según diversos estudios, el vertido es mayor que el del barco Exxon Valdez en Alaska. En su defensa, Texaco argumenta que el caso debe ser juzgado en Ecuador, no en Estados Unidos, porque allí es donde está el daño.

2001. Chevron compra Texaco en una operación de 45.000 millones de dólares y se convierte en la cuarta mayor petrolera del mundo y la tercera mayor compañía de Estados Unidos.

2002. Chevron-Texaco gana definitivamente el juicio en Nueva York. La demanda no puede continuar en los tribunales de Estados Unidos.

2003. Las comunidades indígenas presentan de nuevo la demanda ante un tribunal local de Lago Agrio, en Sucumbíos. Ambas partes encargan decenas de informes periciales para medir la toxicidad de las aguas en la provincia y sus efectos sobre la salud. Uno de los informes, a cargo de los demandantes, cifra en más de 27.000 millones de dólares el coste de limpiar completamente la zona e indemnizar a sus habitantes. Los demandantes exigen como mínimo esa cantidad a Chevron-Texaco.

14 de febrero de 2011. Después de casi 18 años de litigio, el juez Nicolás Zambrano, del tribunal local de Lago Agrio, condena a Chevron a pagar una multa de 8.000 millones de dólares al considerar demostrado que los vertidos son los causantes de los daños al ecosistema y a la salud de las personas. La multa será del doble si Chevron no se disculpa con las comunidades indígenas. La sentencia está recurrida ante una instancia superior, pero Chevron afirma que la justicia de Ecuador está corrupta.

Marzo 2011. Chevron logra que un juez de Nueva York declare inejecutable la sentencia con bienes de la compañía en Estados Unidos. Por tanto, los demandantes no podrán cobrar a no ser que consigan embargar bienes de Chevron en otros países donde opera (la compañía no tiene bienes en Ecuador). Los demandantes afirman que el juez Kaplan desconoce por completo la realidad del caso y está manipulado por la petrolera. La decisión está recurrida.

25 mayo de 2011. Varios fondos de inversión piden durante la junta de accionistas de Chevron que la compañía llegue a un acuerdo con las comunidades indígenas y ponga fin al litigio.





Fuente: ElPais.com
Autor: Pablo Ximenez De Sandoval / Madrid
Fotografía: Pablo Fajardo, el abogado de los indígenas de Ecuador contra Chevron, en Madrid / Álvaro García - ElPais.com



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