miércoles, 10 de agosto de 2011

De Hiroshima a Fukushima, la tragedia de la energía nuclear

En 1945 EEUU lanzó las dos primeras bombas atómicas contra Hiroshima y Nagasaki. A estas dos fechas de duelo se suma ahora el 11 de marzo, cuando un sismo y un tsunami destruyeron la central de Fukushima.
No hay ciertamente relación entre un país arrasado, con centenares de miles de muertos desintegrados de un golpe y otros que sufrirían por el resto de su vida, y un desastre nuclear del cual sólo se pueden entrever sus dramáticas consecuencias pero que, por el momento, está circunscrito a una sola región.

Los testimonios de los sobrevivientes de Hiroshima durante las ceremonias de homenaje a las víctimas han tenido este año un carácter aún más desgarrador. ¿Cómo es que un Estado cuyo pueblo conoció en carne propia el horror del fuego nuclear, ha podido ser tan descuidado ante los riesgos que supone el átomo, más aún en un país sometido a las fuerzas de la naturaleza?

Junto a los testimonios, a las revelaciones y las opiniones de expertos mantenidos durante mucho tiempo en el ostracismo por el lobby nuclear e ignorados por los medios, los japoneses comienzan a entrever el trasfondo de la catástrofe de la cual cada día se va conociendo un poco más. Están tomando conciencia de la culpable “apuesta” de sus élites que minimizaron el riesgo. Más allá de los problemas de una buena administración del operador de la central, Tokyo Electric Power Co (Tepco), y del debate “a favor o en contra de lo nuclear” se plantea el tema de un Estado que no supo proteger a la nación y de los legisladores que han traicionado las expectativas legítimas de seguridad de quienes ellos representan.

Cinco meses después del accidente que está lejos de ser controlado, se busca en vano a los responsables de un desastre en cual se mezclan una insuficiente precaución, simulaciones, falsificaciones de documentos, mentiras y manipulación de la opinión pública.

“Es peor que en Chernobyl, nadie asuma la responsabilidad”, afirma Kenzaburo Oe, premio Nobel de Literatura. “La negligencia se disuelve en una nebulosa de colusión entre administración, operadores, fabricantes de reactores y grandes medios de prensa que transmiten las afirmaciones de los expertos de lo que aquí se llama la “aldea nuclear”.

La catástrofe de Fukushima ha abierto una crisis de confianza que toca a las instituciones: una burocracia que, desde la restauración de la dinastía Meiji (finales del siglo XIX, época de la entrada en la era moderna), ha administrado el país no sin una morgue, relegando la política a un segundo plano. No hay que negar su éxito.

El “triángulo de hierro” (administración, política y empresarios) ha hecho de Japón una de las potencias económicas del mundo.

Pero no “sin fisuras”, como lo demuestran las enfermedades por la contaminación en 1960-1970, entre ellas la de Minamata (contaminación por el mercurio orgánico derramado en el mar por una fábrica química), con millares de muertos y de afectados de por vida. Ya entonces, el Estado no defendió a sus ciudadanos: fueron las víctimas las que lucharon durante años para que finalmente se dejara de negar la relación entre la contaminación y la enfermedad.

A 66 años de Hiroshima y Nagasaki, Japón ha sido de nuevo víctima del átomo. Pero, esta vez, él es responsable del desastre. Y este año, el Congreso de Japón contra la Bomba Atómica (Gensuikin), el más importante movimiento antinuclear del Archipiélago creado en 1965, añadirá a su eslogan No more Hiroshima! No more Nagasaki!”. un “No more Fukushima !”. (¡No más Hiroshima! ¡No más Nagasaki! ¡No más Fukushima!)

Japón demostró en el pasado su capacidad de reinventarse. Y éste será sin duda de nuevo el caso. Pero, esta vez, tendrá que haber un nuevo contrato social entre el Estado y la nación.


• Hiroshima y Nagasaki: El genocidio nuclear.



Fuente: Le Monde / D'Hiroshima à Fukushima, la tragédie du nucléaire
Autor: Philippe Pons, corresponsal de Le Monde en Tokyo, Japon.
Traducción: Milenio.com






1 comentario:

  1. ► LOS ALREDEDORES DE FUKUSIMA NO SERÁN HABITABLES EN DÉCADAS

    • Japón confirma que hay zonas con una radiactividad 25 veces superior a la permitida en el área de exclusión

    • http://excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=765375

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