domingo, 7 de diciembre de 2008

El calentamiento no espera a Poznan

Arranca la semana decisiva de la cumbre de Naciones Unidas, mientras los efectos del cambio climático se aceleran.

Los habitantes de algunas aldeas de los Andes colombianos, ajenos en su mayoría a la cumbre sobre cambio climático que mañana empieza su semana decisiva en Poznan (Polonia), han sido testigos de la aparición de una amenaza inédita en el último decenio. En 1998, el mosquito portador de los virus del dengue y de la fiebre amarilla escaló las montañas a causa de la subida de las temperaturas y apareció, por primera vez, por encima de los 2.190 metros. Hasta entonces, el frío había confinado al temible insecto por debajo de los 1.000 metros.

El cambio en la distribución del mosquito Aedes aegypti es uno de los efectos del cambio climático constatados por la ciencia. Y hay muchos más, como expone la última edición del Atlas de las especies amenazadas (editorial Earthscan). A los delegados de los 192 países reunidos en Poznan, ya no les quedan demasiadas excusas para prolongar la desidia mostrada en las últimas citas para sustituir al Protocolo de Kioto . La comunidad científica recuerda que el calentamiento global ya está aquí y el tiempo, como el petróleo, también es un recurso no renovable.

Desde mediados del siglo XX, la primavera en Europa se ha adelantado tres días de media cada década, provocando un desorden en el crecimiento de las plantas, en los patrones migratorios de las aves y en los ciclos reproductivos de algunos animales. En Reino Unido, varias especies de aves crían de media nueve días antes que en 1950. Y algunas ranas se aparean, incluso, con siete semanas de adelanto a las fechas habituales.

Cientos de miles de desplazados

El desbarajuste del planeta no es inocuo para el ser humano. Según algunos climatólogos, la lluvia desmesurada que castigó a Somalia, Etiopía, Kenia y Ruanda en 2006 es uno de los efectos del cambio climático. Entonces, las inundaciones provocaron centenares de muertos y cientos de miles de desplazados.

El riesgo de inundaciones también está presente en la otra punta del globo. Desde 1970, la temperatura en la cordillera del Himalaya ha aumentado un grado y el consiguiente deshielo de los glaciares amenaza con anegar las aldeas vecinas y, a largo plazo, cerrar el grifo de agua para los países de la región.

A pesar de estas advertencias, el que será el principal responsable de la negociación del sustituto del Protocolo de Kioto en 2009, el economista maltés Michael Zammit Cutajar, ha reconocido que no espera grandes compromisos de la conferencia de Naciones Unidas en Poznan. En julio, las principales economías del mundo, reunidas en Toyako (Japón), anunciaron una reducción del 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2050. Pero su acuerdo tiene algo de estafa. No dijeron respecto a qué año. "No sé si en Poznan podremos ir más allá de Tokyako", admite Cutajar.

Falta de liderazgo político

El calentamiento global, no obstante, no esperará a la llegada de un liderazgo político que reoriente el modelo económico de los países industrializados. Mientras los delegados de Poznan se enredan en interminables charlas técnicas con aroma a realpolitik, las manadas de caribúes del noroeste de Canadá continúan su declive, desconcertados por la transformación de la vegetación. Y en parecida situación se encuentran los lemures de Madagascar, donde el cambio climático ha trastocado el reloj biológico, poniendo en duda la disponibilidad de alimento para sus crías.

Sea cual sea el acuerdo que salga del Poznan, llegará tarde, como recuerda el Atlas de especies amenazadas: "El cambio está ocurriendo tan rápidamente en todo el mundo que muchas especies no tendrán suficiente tiempo para adaptarse".

Fuente: Público.es
Autor: Manuel Ansede

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