Estados Unidos está viviendo un interesante debate moral sobre la comunicación del cambio climático: desde Seed Magazine al New York Times se preguntan cómo generar inquietud y urgencia por la acción en la opinión pública y si merece la pena utilizar técnicas de manipulación publicitaria.
Todo comenzó con un memoramdum filtrado a la prensa por error, de Ecoamerica una consultora que actúa dentro del lobby que defiende acciones contra el cambio climático y que orientaba a políticos y activistas amigos a vestir el discurso sobre cambio climático de valores aspiracionales y sueño americano para que las medidas fueran asociadas a cosas que la gente realmente quiere.
Con un muy comentado artículo titulado Is there a better word for doom (¿Hay una palabra mejor para decir perdición?), Seed Magazine ha abierto el debate preguntando a expertos en comunicación, científicos y ecologistas.
El problema central que trasluce el debate es que para vender cambio climático hay que vestir el discurso de otras cosas: hacerlo parte de una esperanza social más amplia o miedo a la catástrofe.
Tanto en una perspectiva como en otra nos acercamos claramente al lenguaje y la forma de la prédica religiosa, a costa de aspectos claves de la posición del debate científico y las acciones políticas reales.
Según Andrew Revking
Los humanos permanecen centrados fundamentalmente en el aquí y el ahora, y los peores resultados en un mundo en calentamiento pertenecen al “en algún momento” o “algún lugar”
Las consecuencias: vender el cambio climático implica transmitir una cierta idea de trascendencia y miedo al futuro típica del pensamiento religioso protestante, que ponga en valor el “en algún momento” (cambio climático) frente al ahora (la crisis).
Si preguntamos a Google Trends sobre cambio climático y crisis o calentamiento global y crisis, veremos claramente cómo cuando la crisis emerge, la gente se centra en los problemas del presente antes que en el miedo al castigo de mañana.
Fuente: Ecoperiodico.com
Todo comenzó con un memoramdum filtrado a la prensa por error, de Ecoamerica una consultora que actúa dentro del lobby que defiende acciones contra el cambio climático y que orientaba a políticos y activistas amigos a vestir el discurso sobre cambio climático de valores aspiracionales y sueño americano para que las medidas fueran asociadas a cosas que la gente realmente quiere.
Con un muy comentado artículo titulado Is there a better word for doom (¿Hay una palabra mejor para decir perdición?), Seed Magazine ha abierto el debate preguntando a expertos en comunicación, científicos y ecologistas.
El problema central que trasluce el debate es que para vender cambio climático hay que vestir el discurso de otras cosas: hacerlo parte de una esperanza social más amplia o miedo a la catástrofe.
Tanto en una perspectiva como en otra nos acercamos claramente al lenguaje y la forma de la prédica religiosa, a costa de aspectos claves de la posición del debate científico y las acciones políticas reales.
Según Andrew Revking
Los humanos permanecen centrados fundamentalmente en el aquí y el ahora, y los peores resultados en un mundo en calentamiento pertenecen al “en algún momento” o “algún lugar”
Las consecuencias: vender el cambio climático implica transmitir una cierta idea de trascendencia y miedo al futuro típica del pensamiento religioso protestante, que ponga en valor el “en algún momento” (cambio climático) frente al ahora (la crisis).
Si preguntamos a Google Trends sobre cambio climático y crisis o calentamiento global y crisis, veremos claramente cómo cuando la crisis emerge, la gente se centra en los problemas del presente antes que en el miedo al castigo de mañana.
Fuente: Ecoperiodico.com
En mi estudio llamado "Breve Panorama al Libro de Apocalipsis y el Principio de Contnuidad Presente", que puede mandar a buscarlo por una ofrenda al correo electronico mandando su direccion postal, en la paginas 8 y 9 hablo de la cuarta trompeta (Apoc.8:2) y el oscurecimiento global por la contaminacion atmosferica. Se debe llenar el planeta de toda la floresta posible: arboles, plantas y hierbas que absorban el dioxido de carbono y nos de oxigeno limpio. En cada pueblo debe haber un pequeno bosque y en cada lugar arboles y plantas que limpien la atmosfera. Los productos de limpieza deben ser naturales y menos quimicos. Los desperdicios solidos no deben ir a los rios o mares, sino quemarse en lugares seguros (los plasticos y otros)y llevarse a cabo el uso sanitario en retretes especiales que no contaminen el agua ni el ambiente. vlao
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